lunes, 30 de enero de 2012

La educación ambiental y sus prioridades

Edgar J. González Gaudiano

Del 21 al 24 de octubre de este año se celebrará en el World Trade Center de Boca del Río, el III Foro Nacional de Educación Ambiental para la Sustentabilidad.  Es una buena noticia porque el último de estos foros tuvo lugar en la ciudad de Aguascalientes en 2005. Pese a la importancia de esta área tanto en la gestión ambiental y como en la educativa, en los hechos no se le conceden los apoyos que requiere.
Ahora entre los problemas de violencia y seguridad derivados de la delincuencia organizada, por un lado y los de crisis económica provenientes de la codicia de los mercados financieros, por el otro, el medio ambiente ha bajado considerablemente en la escala de prioridades nacionales. Todo se orienta a recuperar el control del territorio en manos de los violentos y a impulsar la creación de empleos y atraer inversiones aún a costa de la destrucción ambiental y el deterioro ecológico. Como muestra de ello está el botón de la expansión de los proyectos mineros a cielo abierto en el país.
Volviendo al tema de la educación ambiental resulta que ésta suele asociarse a uno de sus muchos temas: el manejo de la basura. No es que sea un tema poco importante. Es de atenderse, sobre todo por su ubicuidad y permanente presencia. Pero a mi juicio hay muchos otros más graves a los que no se les presta suficiente atención. Por ejemplo, en relación con los propios residuos es fundamental revisar el proceso de su producción más que su manejo.
La producción de residuos depende de los sistemas de comercialización y de los patrones de consumo. El sobre-empacamiento de mercancías y los nuevos hábitos de consumo de productos industrializados generan problemas de la más diversa índole, que van desde la excesiva producción de residuos no biodegradables hasta la obesidad que impactan significativamente la calidad de vida. Pero curiosamente éstos no son temas que se asocien al problema de la basura, la cual se suele centrar en promover el reciclado y el reuso.
Son temas desatendidos los de la escasez y deterioro de la calidad del agua, la pérdida de la biodiversidad por la deforestación y el cambio de uso del suelo, la contaminación en sus múltiples formas no sólo la producida por emisiones líquidas y gaseosas, también hay que considerar la visual, radioactiva y sonora. Hay que ver qué ruidoso es el centro de Xalapa. Las bocinas de autos, los escapes de motocicletas, los músicos por doquier, los altavoces de los comercios anunciándose y las frecuentes marchas y plantones, entre otros, producen una frenética atmósfera que pone los nervios de punta.
Por todo ello es de celebrarse que el III foro nacional de educación ambiental se realice en nuestro estado. Muchas instituciones están apoyándolo: la Universidad Veracruzana, la Secretaría de Medio Ambiente, el Consejo Veracruzano de Ciencia y Tecnología, el Centro de Educación y Capacitación para el Desarrollo Sustentable de la Semarnat, la Fundación Mundo Sustentable, la Academia Nacional de Educación Ambiental y los que se sumen en los próximos meses permite anticipar un magno evento. Ojalá también se sumen muchos académicos, periodistas, estudiantes, organizaciones de la sociedad civil y, en general, la ciudadanía preocupada por el creciente deterioro de su calidad de vida.

Publicado en La Jornada Veracruz, el 30 de enero de 2012. P. 6.

viernes, 27 de enero de 2012

Culpar a la naturaleza: la excusa favorita

Edgar J. González Gaudiano


El miércoles 18 de enero pasado en instalaciones de la Universidad Veracruzana en el Puerto de Veracruz, se celebró el segundo Foro Social de Cambio Climático y Vulnerabilidad en el estado de Veracruz. El evento fue convocado por varias instancias de la UV, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y la Cátedra Unesco “Ciudadanía, Educación y Sustentabilidad del Desarrollo”. Se presentaron tres conferencias magistrales y 23 presentaciones de ponencias inscritas sobre una diversidad de temas que gravitan en torno al cambio climático, el riesgo y la vulnerabilidad. Hubo una asistencia de cerca de 200 interesados.
Un buen número de participaciones insistieron en un tema que es de mi particular interés. El hecho de que los desastres que ocurren como consecuencia de eventos climáticos son riesgos mal gestionados que están atravesados por omisiones, ineficiencias e irregularidades de las autoridades competentes de los tres niveles de gobierno. De este modo, autorizar construcciones en zonas no aptas, desatender la normatividad e incumplir responsabilidades seguramente terminará en un desastre cuando se presente un fenómeno natural de cierta magnitud.
Sin embargo, es cada vez más frecuente que los funcionarios gubernamentales culpen a la naturaleza de estos desastres, lo cual se ha convertido en la excusa perfecta para evadir sus propias responsabilidades. Es lo que ocurre con la catástrofe agroalimentaria que padecemos que se ha visto agravada con la persistente sequía en el país, lo que provoca desnutrición crónica, hambruna, desesperación y suicidio. Frente a ello, desde el presidente Calderón hasta los presidentes municipales exclaman: “Es culpa de la naturaleza; qué le vamos a hacer”.
Durante el foro social platiqué con varios representantes del Floresta, una zona habitacional de clase media frecuentemente golpeada por inundaciones. Me informaron que todo aquello que se prometió después de los episodios del huracán Karl y Matthew en 2010, no se ha cumplido. Que el hecho de que en 2011 no hubiesen fenómenos hidrometeorológicos extremos ha hecho que las autoridades se relajen e incumplan sus obligaciones. Es el caso de la Comisión Nacional del Agua que no ha desazolvado, pese a los reiterados escritos que se le han enviado a ellos y a otras autoridades sin haber respuesta alguna.
De ese modo el nuevo y próximo evento climático extremo se volverá un desastre que no tendrá nada de natural, pero se culpará otra vez a la naturaleza. Y nadie dará cuentas de nada.
Artículo publicado en La Jornada Veracruz, el 23 de enero de 2012

¿Gobernar para quién? Por sus obras los conoceréis

Edgar J. González Gaudiano

Pese a lo que los distintos partidos políticos puedan decir de sí mismos, es fácil inferir de sus acciones para quien gobierna cada uno.
Las recientes decisiones del gobierno federal sobre algunos temas sacados de la manga son muy reveladores de por dónde andan las presiones de los clientes para dejar lo mejor asegurado posible los negocios que hacen el país. Veamos unos pocos ejemplos.
Si bien el presidente Calderón ha puesto su mejor empeño en construirse una imagen para consumo externo de ser el gobernante más comprometido con el cambio climático, sus recurrentes decisiones lo contradicen todo el tiempo. Estas van desde promover nuevas termoeléctricas y represas hidroeléctricas en vez del impulso a las tecnologías limpias con las que se llena la boca cada vez que sale al extranjero, hasta pasarse por alto la legislación ambiental aduciendo la necesidad de atraer inversiones al país.
Todo es una simulación. Durante la Conferencia de las Partes 16 sobre cambio climático, celebrada en Cancún en diciembre de 2010, se colocó un aerogenerador de energía eólica en la ruta que recorrían diariamente los autobuses que transportaban a los delegados extranjeros al área de la reunión. Un solo generador, gigantesco como son. Una escenografía que tal vez ya hasta se retiró.
La estrategia le ha funcionado afuera, adentro nadie se lo cree. El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) le otorgó a Felipe Calderón el premio Campeones de la Tierra 2011 en la categoría de liderazgo político. Ese mismo campeón de la Tierra aprueba un monumento para celebrar el bicentenario que, al margen de sus denunciadas irregularidades, es una máquina consumidora de energía que nos costó mil 200 millones de pesos, más tres adicionales para el acto de inauguración. ¿Qué no se le podía haber ocurrido otra cosa? Un palacio de las bellas artes, por ejemplo, como Porfirio Díaz.
Ese mismo campeón de la Tierra y paladín de la lucha contra el cambio climático vetó el programa especial para atender la sequía y las heladas en el campo, incluido en el decreto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2012, con un monto de 10 mil millones de pesos para 14 estados de la República afectados por la emergencia climática, frente a un año que se espera seco. Además, la Semarnat tiene un presupuesto precario para la próxima temporada de incendios que será temprana y grave. Obviamente los productores del campo no son su clientela política y no les dará la cara en la gira promocional de tres meses que ha emprendido por todo el país antes de las autoridades electorales se lo impidan. ¡Qué largo se me ha hecho este sexenio!
¡Ah, pero eso sí! El presidente Felipe Calderón Hinojosa anunció con bombo y platillo el Programa Nacional de Financiamiento a la Educación Superior, mediante el cual en este año se destinarán 2 mil 500 millones de pesos en créditos educativos para 23 mil jóvenes que beneficiará a 21 universidades privadas y en su mayoría a jóvenes que no lo necesitan. No puedo pensar que una familia de clase media, esa que gana los 6 mil pesos que según Ernesto Cordero son suficientes para vivir, se embarque con un crédito por hasta 215 mil pesos para que un hijo o hija estudie una licenciatura o de 280 mil pesos para un posgrado. ¿Y si tienen varios hijos? Considerando además que cuando egresen no encontrarán trabajo para poder pagarlo. Todo esto mientras se estrangula a las universidades públicas.
Hay que leer entre líneas las declaraciones de nuestros políticos. Lo que dicen dice mucho cuando se analiza con cuidado y lo que no dicen también. Pero sus decisiones son indiscutiblemente reveladoras de verdaderamente quiénes son y para quién trabajan.
Artículo publicado en La Jornada Veracruz, el 17 de enero de 2012