martes, 26 de junio de 2012

El futuro que queremos, no nos alcanzó


El futuro que queremos, no nos alcanzó[1]

Edgar J. González Gaudiano[2]

Ha concluido la Cumbre de Rio + 20 con los decepcionantes resultados que se habían anticipado. El documento final titulado “El futuro que queremos” es una relación de recomendaciones insustanciadas y llamados vacíos sin compromisos concretos, que deja la construcción del futuro para las siguientes rondas de negociaciones y a las iniciativas voluntarias de los gobiernos.
El futuro que realmente queremos está lleno de acciones y compromisos responsables con plazos perentorios de cumplimento y no únicamente promesas que nadie respeta. El futuro que realmente queremos implica sinergia y cooperación de todas las partes implicadas para construir un cambio significativo en la “civilizatoria” trayectoria  de colisión que llevamos; que haga patente la legítima aspiración de un futuro con un cierto grado de seguridad para nuestros hijos y nietos.
Como denuncia enfáticamente un importante grupo de intelectuales latinoamericanos, nada de eso se encuentra en los 283 párrafos del documento oficial resultante de la conferencia. No contiene ni el espíritu ni los avances y anhelos conquistados en los veinte años de lucha desde la Cumbre de Río en 1992 y se atiene a una frágil y genérica agenda de futuras negociaciones que tampoco asegura resultados concretos y firmes.
Se supone que la Conferencia de Rio + 20 fue convocada para dar impulso mundial a la economía verde en el contexto del desarrollo sustentable y la erradicación de la pobreza, pero en el documento resultante no hay ninguna crítica a la minería a cielo abierto, ni al agotamiento de pesquerías, ni al consumismo, ni a respetar el principio precautorio, entre otros muchos temas. ¿Qué puede tener de verde la minería a cielo abierto, salvo el color de los dólares?
        No sé con qué cara puede la Organización de Naciones Unidas volver a convocar al mundo para continuar con estas interminables reuniones que lo único que hacen es postergar las decisiones que son cada vez más urgentes. No sé con qué cara los gobiernos podrán decir a la población de sus países que han trabajado para el bien común, cuando claramente se han plegado servilmente a los grupos de interés corporativo que en forma ostensible han colonizado las organizaciones multilaterales, cuando son los mismos que han provocado la crisis económica, social y ambiental global. Esos intereses dominantes que cada vez más atentan contra los derechos de los pueblos, la democracia y la naturaleza, secuestrando los bienes comunes de la humanidad para rescatar a un sistema económico y financiero que sólo vela por sus propios beneficios.
  El director ejecutivo del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Achim Steiner, declara que la economía verde puede comenzar sustituyendo un foco de luz incandescente por una lámpara ahorradora. ¿Ese es el nivel de aspiración que tiene el PNUMA? ¿Dónde quedan los derechos de las comunidades indígenas, de los dueños y usuarios de los ecosistemas, de quienes como las mujeres campesinas a las que el Estado Vaticano les vetó sus derechos reproductivos en Río de Janeiro, luchan a diario por alimentar a sus hijos? Es una vergüenza. Río + 20 = Cero, critican acertadamente otros.
Por eso en un discurso contundente, Waek Hamidan, vocero de las más de mil ONG’s que intervinieron como observadores de la sociedad civil en las negociaciones de Río+20, leyó una carta a los jefes de Estado exigiendo retirar del documento final la frase “con la participación plena de la sociedad civil”, porque las organizaciones de la sociedad civil no apoyan ese texto de manera alguna.
Frente a la rotunda decepción de la Cumbre Oficial, la “Declaración final de la Cumbre de los Pueblos en Río + 20 por la justicia social y ambiental en defensa de los bienes comunes, contra la mercantilización de la vida”, renueva la inspiración. Ahí se dice, extrayendo sólo algunos párrafos con traducción libre.
“Las corporaciones transnacionales continúan cometiendo sus crímenes con la sistemática violación de los derechos de los pueblos y de la naturaleza con total impunidad. De la misma forma, protegen sus intereses a través de la militarización, de la criminalización de los modos de vida de los pueblos y de los movimientos sociales promoviendo la desterritorialización en el campo y la ciudad….
Las alternativas están en nuestros pueblos, nuestra historia, nuestras costumbres, conocimientos, prácticas y sistemas productivos, que debemos mantener, revalorizar y elevar como proyecto contra-hegemónico y transformador.
La defensa de los espacios públicos en las ciudades, con gestión democrática y participación popular, la economía cooperativa y solidaria, la soberanía alimentaria, un nuevo paradigma de producción, distribución y consumo, un cambio de matriz energética, son ejemplos de alternativas reales frente al actual sistema agro-urbano-industrial.
La defensa de los bienes comunes implica garantizar una serie de derechos humanos y de la naturaleza, la solidaridad y respeto a las cosmovisiones y creencias de los diferentes pueblos como, por ejemplo, la defensa del “Buen Vivir” como forma de existir en armonía con la naturaleza. Ello presupone una transición justa a ser construida con los trabajadores/as y pueblos. Una transición colectiva y políticas públicas que garanticen formas de empleo decente…”
Como podemos ver, somos muchos frente a los pocos que quieren asumirse como dueños del mundo y de nosotros. Y sabemos hacia dónde avanzar.


[1] Publicado en La Jornada Veracruz, el martes 26 de junio de 2012.
[2] Coordinador de la Cátedra UNESCO – Universidad Veracruzana “Ciudadanía, Educación y Sustentabilidad Ambiental del Desarrollo”. http://edgargonzalezgaudiano.blogspot.mx

lunes, 18 de junio de 2012

Otras aproximaciones a la educación ambiental en Río + 20


Otras aproximaciones a la educación ambiental en Río + 20[1]

Edgar J. González Gaudiano[2]

Hace veinte años en la ya legendaria Cumbre de Río 1992, el campo de la educación ambiental recibió dos importantes contribuciones. Por parte del evento gubernamental, el oficial, que reunió a 178 jefes de estado y de gobierno, se produjo la Agenda 21, particularmente el Capítulo 36 sobre “Fomento a la educación, la capacitación y la concientización pública”. De manera muy sintética, en él se reconoce que la educación es un proceso vinculado con prácticamente todas las áreas de la Agenda y se exhorta a los gobiernos a reconocer que sin educación es imposible transitar hacia el desarrollo sustentable.

Sin embargo, en forma paralela, en el Foro Global de Río, en el que participaron cientos de organizaciones no gubernamentales y de la  sociedad civil, se desarrollaron más de treinta tratados sobre diversos temas. Uno de ellos es el Tratado de Educación Ambiental para Sociedades Sustentables y Responsabilidad Global. Este foro fue la semilla que luego engendró los Foros Sociales Mundiales, que comenzaron en Porto Alegre, Brasil, del 25 al 30 de enero de 2001 y acuñaron el famoso lema de Otro Mundo es Posible, como una crítica al pensamiento único y al Consenso de Washington y como contraforo al Foro Económico Mundial de Davos.

El Tratado de Educación Ambiental para Sociedades Sustentable y Responsabilidad Global inexplicablemente ha sido poco conocido por los educadores ambientales, pese a que es un planteamiento mucho más avanzado en términos políticos y pedagógicos. Los colegas brasileños tienen una página donde informan sobre las acciones a emprender  http://tratadoeducacaoambiental.net/Jornada/Home_pt.html y como parte de éstas están promoviendo una Carta Abierta de los Educadores y Educadoras por un Mundo Justo y Feliz.

En la carta se denuncia que es inadmisible que todavía tengamos guerras que implican gastos enormes en armamentos y más de mil millones de hambrientos miserables, así como falta de agua potable y saneamiento para inmensas parcelas de la humanidad. Asimismo, que es inadmisible la violación de los derechos humanos, a causa de la diversidad de género, generación, etnia, de orientación sexual, y clase social, entre muchas otras), así como la pérdida de la diversidad biológica y cultural, debido al interés por la ganancia mezquina, la violencia urbana y las distintas formas de discriminación y opresión.

También reconoce que las recientes manifestaciones humanas en numerosos países por el derrumbe de las dictaduras de todo tipo,  indican con claridad la necesidad de impulsar nuevas propuestas de organización de los siete mil millones de seres humanos. Por lo que es cada vez más evidente que la gobernabilidad del planeta necesita estar en las manos de las comunidades locales para impulsar la responsabilidad global con el bien común de seres humanos y no humanos y de todos los sistemas naturales que son el soporte de la vida.

De ahí que es preciso impulsar otras formas de hacer política desde las comunidades, y que para exigir políticas públicas comprometidas con la calidad de vida de los pueblos es urgente fortalecer los procesos educativos comprometidos con la emancipación humana y la participación política en la construcción de sociedades sustentables, donde cada comunidad se sienta comprometida, incluida y activa para compartir las riquezas y de la vida de nuestro planeta.

Y en la Carta se pregunta: ¿Dónde entra el rol de la Educación para Sociedades Sustentables y de Responsabilidad Global? La respuesta sólo puede ser una: en el Centro. En el centro de la vida cotidiana, de la gestión educativa, de la gestión política, económica y ambiental. De esta forma, la educación ambiental contribuye a que el otro mundo sea posible, con justicia ambiental y social, asegurando el despliegue de una democracia efectivamente participativa, capaz de garantizar el desarrollo social, cultural y espiritual de los pueblos.

Como puede verse, es un discurso distinto. Muy diferente a la retórica hueca llena de exhortos y llamados que suele aprobarse en las reuniones gubernamentales, que, en el fondo y pese a que se firma por los representantes de gobiernos, nadie está dispuesto a respetar y a veces ni siquiera a difundir entre la población. 









[1] Publicado en La Jornada Veracruz, el lunes 18 de junio de 2012, pág. 6.
[2] Coordinador de la Cátedra UNESCO – Universidad Veracruzana “Ciudadanía, Educación y Sustentabilidad Ambiental del Desarrollo”. http://edgargonzalezgaudiano.blogspot.mx

lunes, 11 de junio de 2012

La educación en la Cumbre de Desarrollo Sustentable (Río + 20)


Edgar J. González Gaudiano[1][2]

Aunque todo el campo discursivo del desarrollo sustentable admite sin ambages el imperativo de educar para transitar hacia un nuevo modelo de sociedad, en los hechos los pronunciamientos son mera retórica. En la propia Agenda 21, documento emblemático emanado de la primera cumbre de Río en 1992, la palabra educación es la segunda más mencionada, en sus 40 capítulos y más de 700 páginas, sólo después de la palabra naciones. No obstante, muy pronto, en 1995, la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN) durante su Congreso Mundial para la Conservación en Montreal, denunciaba la “Educación, prioridad olvidada de Río de Janeiro”.

        A lo largo de estos 20 años el olvido y el desdén ha sido recurrente. Los gobiernos hablan todo el tiempo de la importancia de los procesos educativos, para después regatearle el financiamiento y los respaldos políticos. En 2004 el gobierno mexicano armó un show para suscribir el pomposamente llamado “Compromiso Nacional con la Década de Naciones Unidas de la Educación para el Desarrollo Sustentable 2005-2014”, que ni el mismo gobierno de Vicente Fox que lo promovió honró con su cumplimiento. Se trató de una más de las acostumbradas simulaciones sobre política ambiental para el consumo externo, que tanto le han redituado al actual presidente.

La nueva cumbre que ahora conmemora los veinte años de infructuosas negociaciones y compromisos incumplidos para defender el medio ambiente mundial, no ha sido la excepción. El proceso de consulta que el gobierno mexicano organizó para la cumbre, a través de la Semarnat y la Secretaría de Relaciones Exteriores, para redactar un documento denominado “Conclusiones y propuestas del Segundo Taller ‘Caminando hacia Río + 20’”, confirma el desinterés y el desconocimiento. La alusión más definida dice: “Es necesario empoderar a las personas (ciudadanización) para que puedan elegir opciones sustentables (educación ambiental, difusión de la cultura, erradicación de la pobreza, entre otros).” Aquí pareciera que la solución del complejo problema ambiental global (incluyendo a la pobreza) está en manos de la ciudadanía, como si éste no fuera provocado por un sistema económico voraz, depredador e injusto que funciona para satisfacer la codicia de inconfesables intereses. De ahí que el tema principal de la cumbre: la Economía Verde, sea visto por muchos como un nuevo slogan para prolongar la agonía planetaria.

        Pese a todo, hay algunas iniciativas interesantes que son impulsadas en Río para concitar una alianza más amplia y revitalizar el movimiento hacia la sustentabilidad. Una de ellas, es el Tratado para la Sustentabilidad de la Gente sobre Educación Superior. Este Tratado es promovido por un grupo encabezado por Copernicus Alliance, con el apoyo del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Naciones Unidas (UNU-IAS) y la Asociación International de Universidades (IAU). Intenta recuperar el espíritu de las numerosas declaraciones que estas organizaciones y las propias universidades han venido planteando desde 1990. Es un documento conciso que después de un preámbulo expone ocho principios a cuyos títulos aludo aquí:



1.   Las universidades para ser transformadoras, deben transformarse a sí mismas.

2.   Los esfuerzos de todo el sistema de educación superior deben estar alineados.

3.   Las alianzas fortalecen los logros.

4.   El desarrollo sustentable es un proceso de aprendizaje institucional y sectorial.

5.   Facilitar el acceso a los más desfavorecidos.

6.   Aprendizaje inter y transdisciplinario y acción.

7.   Redefinir la noción de educación superior de calidad.

8.   El desarrollo sustentable como un compromiso de toda la institución.



Más adelante en el tratado se enuncian compromisos a nivel de cambio cultural institucional, del currículum, de los campus, del involucramiento de la comunidad y de la articulación de todo el sistema, así como una propuesta de acciones inmediatas, y de corto, mediano y largo plazos. Muy recomendable. El documento puede verse en mi blog en la sección “Otras colaboraciones”.

        Por otro lado, el contenido que integrará el documento de resoluciones de Río + 20 en materia de educación todavía está negociándose, si bien es de los temas que más pronto se resuelven porque suelen ser generalidades que no implican mayor compromiso. Son cinco párrafos que van más o menos en la misma dirección de lo que se acordó en Johannesburgo. Es decir, más de lo mismo y casi nada. El texto puede leerse en el boletín de la conferencia (página 14) y a efecto de facilitar su lectura he hecho una síntesis con traducción libre.  http://www.iisd.ca/download/pdf/enb2740e.pdf

Educación 1. Reafirmamos nuestro compromiso con el derecho a la educación y… nos comprometemos a fortalecer la cooperación internacional para lograr el acceso universal a la educación primaria, especialmente de los países en desarrollo. Reafirmamos también que el acceso pleno a la educación de calidad a todos los niveles es una condición esencial para lograr el desarrollo sustentable, la erradicación de la pobreza, la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, …, hacemos hincapié en la necesidad de garantizar la igualdad de acceso a la educación a las personas con discapacidad, los pueblos indígenas, comunidades locales, las minorías étnicas y a quienes viven en zonas rurales. [Acordado ad referéndum].

Educación 2. Somos conscientes de que las generaciones más jóvenes son los custodios del futuro, … Hacemos un llamado a una mayor cooperación entre las escuelas, las comunidades y las autoridades en los esfuerzos para promover el acceso a una educación de calidad a todos los niveles. [Acordado ad referéndum].

Educación 3. Hacemos hincapié en la importancia de una mayor cooperación internacional para mejorar el acceso a la educación en particular mediante la creación y fortalecimiento de la infraestructura de la educación, aumentar la inversión en educación, … para mejorar la calidad de la educación en todos los países en desarrollo. Alentamos a … la creación de becas para ayudar a alcanzar los objetivos mundiales de la educación. [Acordado ad referéndum].

Educación 3 bis. Estamos decididos a promover la Educación para el Desarrollo Sustentable … más allá del Decenio de las Naciones Unidas de la Educación para el Desarrollo Sustentable (2005-2014). [Acordado ad referéndum].

Educación 4. Instamos a las instituciones educativas a adoptar buenas prácticas y lograr la participación activa de todos … Animamos a las instituciones educativas para enseñar el desarrollo sustentable como un componente integrado en todas las disciplinas. Acuerdo general.

Educación 5. Subrayamos la importancia de apoyar a las instituciones educativas, sobre todo las de educación superior en los países en desarrollo, para impulsar la investigación y la innovación para el desarrollo sustentable, …, para superar la falta de capacidades para avanzar en los objetivos nacionales de desarrollo sustentable. [Acordado ad referéndum].

El resultado no es decepcionante porque no esperábamos casi nada de esta nueva cumbre. Como he dicho en varias ocasiones, nuestro esfuerzo por impulsar la educación ambiental para la sustentabilidad no puede depender de los acuerdos logrados en estas onerosas reuniones, que no son respetados ni por los propios gobiernos que los suscriben.











[1] Publicado en La Jornada Veracruz el lunes 11 de junio de 2012. Pág. 6.
[2] Coordinador de la Cátedra UNESCO – UV “Ciudadanía, Educación y Sustentabilidad Ambiental del Desarrollo”. www.edgargonzalezgaudiano.blogspot.mx

lunes, 4 de junio de 2012

Fortalecer el desarrollo sustentable: Una prioridad nacional


Fortalecer el desarrollo sustentable: una prioridad nacional[1]

Edgar J. González Gaudiano[2]

Hace unos cuantos días comenzó a circular un documento elaborado por el Centro Interdisciplinario de Biodiversidad y Ambiente (Ceiba), con un título homónimo al del presente artículo. Se trata de una propuesta para sustentar la discusión sobre este importante tema en el actual proceso de transición del gobierno federal, que varios candidatos han usado sólo como un slogan modernizador del discurso político, totalmente vaciado de contenido.

El documento se enviará formalmente a los candidatos y sus equipos de campaña, así como a las organizaciones que han estado más al tanto del tema ambiental durante este proceso electoral. A partir de julio, con la elección presidencial ya definida y los inciertos resultados de la Cumbre sobre Desarrollo Sustentable (Río + 20) que se inicia esta semana, se tratará de convocar a un debate más sustanciado, buscando orientar una mejor definición de política en el próximo plan de gobierno.

La propuesta aborda siete temas amplios considerados prioritarios por quienes estamos agrupados en Ceiba, pero obviamente no agota todos los asuntos de una problemática de suyo compleja y desatendida:










Como señala la presentación “En los hechos, se ha arrinconado al concepto y la búsqueda de la sustentabilidad a las políticas ambientales sin considerar que la sustentabilidad del desarrollo implica un nuevo enfoque de análisis y planeación del desarrollo nacional y regional que ha de integrar los aspectos culturales, sociales, económicos y ambientales que inciden en cada situación, para entender sus alcances y generar soluciones reales y posibles”.

 “La visión cortoplacista de la raquítica planeación del desarrollo, tanto desde el gobierno como desde la sociedad, no ha favorecido la construcción de una política de Estado hacia la sustentabilidad. Salvo excepciones, tampoco se ha articulado desde las autoridades una visión de conjunto que permita entender, mediante un análisis crítico, la situación actual y definir una clara visión de futuro”.

“Adicionalmente, nuestros patrones de producción y consumo son insustentables y estamos haciendo realmente muy poco para modificarlos, en México y en el mundo. De no cambiar el rumbo a corto plazo, México seguirá dilapidando su invaluable capital natural, sin ser capaz de generar opciones reales para el desarrollo de los que aquí vivimos. Una injusta paradoja que se repite a lo largo de nuestra historia. Les estamos dejando un país empobrecido a nuestros hijos: con menos opciones socioeconómicas, y una pérdida acelerada, y en muchos casos irreversibles, en sus recursos naturales y ecosistemas”.

Para CeIBA, el reto de México y la comunidad internacional para las próximas décadas, es:

a)   adoptar un modelo de desarrollo equitativo, perdurable y sustentable y con eficiencia;

b)   orientar el crecimiento económico para garantizar la seguridad alimentaria nacional, con acceso para todos a la energía y agua limpia y sustentable, y con creación de empleos dignos; 

c)   modificar conductas para eliminar los patrones de consumo que incurren en el derroche o que agravan la escasez;

d)   ordenar los asentamientos humanos y las actividades productivas en terrenos no vulnerables,  respetando el medio ambiente; 

e)   aplicar tecnologías y sistemas productivos normados, tanto en la extracción de recursos como en la disposición de desechos, de forma tal que no rebasen las capacidades de renovación y absorción de los sistemas biofísicos y manteniendo la integridad de los espacios naturales y la biodiversidad.



Cada uno de los elementos que comprenden estas aspiraciones requieren de una planeación del desarrollo incluyente de todos los sectores sociales, con una visión integral, no fragmentada para atender los problemas y reorientar las políticas, adecuar las instituciones y armonizar y fortalecer el marco normativo, creando ciudadanía y apoyando la gobernanza con el incremento de las capacidades de la población mediante el acceso a la información oportuna y adecuada, y basando la decisiones en la mejor información científica disponible.

La verdad quisiera ver estas ideas expresadas en los planteamientos de los candidatos a gobernar el país en los próximos seis años.




[1] Publicado en La Jornada Veracruz, el 4 de junio de 2012, pág. 7.
[2] Coordinador de la Cátedra UNESCO – Universidad Veracruzana “Ciudadanía, Educación y Sustentabilidad Ambiental del Desarrollo”. www.edgargonzalezgaudiano.blogspot.mx