lunes, 26 de noviembre de 2012

De verde, pintado de verde


 

Edgar J. González Gaudiano[1] [2]

 

 

Hace unos días escuche por la radio una cápsula informativa sobre la importancia de separar los residuos de aluminio. La cápsula estaba financiada por las Granjas Carroll, empresa dedicada a la cría y comercialización de cerdos a una escala masiva, propiedad de la compañía estadunidense Smithfield, la mayor productora de cerdos en Estados Unidos, en sociedad con Agroindustriales Unidos de México, S.A.

La cría de ganado porcino en particular es una de las prácticas de ganadería más contaminantes y que por ende más denuncias reciben. Esta empresa no es la excepción y han habido muchas denuncias de los habitantes de Perote, Veracruz, donde se encuentra asentada, por las fétidas emanaciones de sus lagunas de oxidación.

Sin embargo, en esta ocasión no trataremos el serio problema de contaminación del aire, agua y suelo de dicha empresa, sino la intención de pintarse de verde promocionando prácticas ambientales como el reciclaje del aluminio. Esta idea es una socorrida práctica de simulación de empresas con problemas ambientales, los que promocionando eventos, grupos no gubernamentales, escuelas y campañas mediáticas, tratan de cambiar la imagen pública de su empresa.

De hecho, para el pasado III Foro Nacional de Educación Ambiental para la Sustentabilidad, celebrado en el Puerto de Veracruz, del 20 al 23 de octubre, recibí discretas ofertas de empresas en estas condiciones, para financiar parcialmente el evento.

Numerosas empresas con problemas ambientales en sus procesos de producción se publicitan como sustentables o se anuncian en grandes espectaculares informando que ya se encuentran dentro de la norma internacional voluntaria de gestión ambiental ISO 14000, aunque esta se haya obtenido sólo para sus procesos administrativos y no los productivos. Son viles mentiras para engañar a clientes cándidos que orientan su consumo bajo este criterio.

La práctica ha sido más que una metáfora. En 2001, el fundador de Amigos de la Naturaleza y activista chino Liang Congjie, acusó al gobierno de la ciudad de Beijing de pintar zonas de la ciudad de color verde para simular hierba, durante una inspección del Comité Olímpico Internacional, previo a la designación de la sede de los Juegos Olímpicos de 2008. Yo mismo he visto cómo el pasto seco de un predio fue pintado de verde para causar buena impresión al entonces presidente de la república que llegaba a ese lugar en helicóptero.

El presidente Felipe Calderón, cuyo gobierno concluye afortunadamente en unos cuantos días, se pintó de verde durante todo su mandato siendo farol de la calle con su presunta política de combate al cambio climático, que le mereció varios premios de organismos internacionales, y obscuridad de su casa con una secretaría como la Semarnat que no tenía ningún peso real en las decisiones importantes. Un maquillaje verde para el consumo externo, mientras el país se teñía de rojo con la sangre de incontables muertos de una fallida guerra al narcotráfico.

    Esperamos que el próximo gobierno federal impulse una verdadera política ambiental que no caiga en juegos de simulaciones para disfrazar prácticas destructivas.



[1] Publicado en La Jornada Veracruz, el lunes 26 de noviembre de 2012, pág. 4.
[2] Coordinador de la Cátedra UNESCO – UV “Ciudadanía, Educación y Sustentabilidad Ambiental del Desarrollo”. http://edgargonzalezgaudiano.blogspot.mx.

lunes, 5 de noviembre de 2012

La contaminación de nuestras tradiciones y costumbres


La contaminación de nuestras tradiciones y costumbres[1]

 Edgar J. González Gaudiano[2]

El 2 de noviembre de cada año se celebra el Día de los Muertos, aunque el festejo comienza desde el día primero. Se trata de una tradición prehispánica vinculada con la veneración de los ancestros con más de tres mil años de antigüedad. Es una de las pocas tradiciones prehispánicas que se conservan, quizá gracias a que se fusionó en un sincretismo ecuménico con la festividad católica del Día de los Fieles Difuntos y Todos Santos. El Día de Muertos ha sido declarado como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

        Las tradiciones antiguas no se conservan intactas, sino que se van transformando debido tanto a los cambios propios de las sociedades que las practican, como a sus relaciones con otras culturas. En su clásico La Rama Dorada, el antropólogo escocés James G. Frazer, da cuenta de múltiples ejemplos de sistemas de creencias antiguos que se fueron transformando o incorporando en religiones relativamente modernas.

Ese también ha sido el caso del Día de Muertos, que se celebraba durante el noveno mes del calendario solar mexica, lo que hoy serían los primeros días del mes de agosto y duraba todo el mes completo. Los rituales eran presididos por la diosa Mictecacíhuatl, conocida como la "Dama de la Muerte". Por eso fue tan fácil asociar a la fiesta la famosa figura de "La Catrina", personaje creado por el aguascalentense José Guadalupe Posada.

Sn embargo, la proximidad del Día de Muertos con la Noche de Brujas que se celebra el 31 de octubre, pone en un serio riesgo nuestra tradición cultural. El halloween contracción de All Hallows' Eve (Víspera de Todos los Santos) es una fiesta de origen celta que se celebra principalmente en los Estados Unidos, Canadá, Irlanda y el Reino Unido, y que lentamente ha ido adoptándose en otros países con fuertes tradiciones ancestrales como España, México y Colombia.

El problema principal con el halloween, según mi punto de vista, es su asociación con símbolos como la Jack-o'-lantern, las fiestas de disfraces de horror y sobre todo por su fuerte dosis de comercialización, que en su conjunto distorsionan gravemente el sentido de la veneración ancestral en un ambiente de respeto y memoria.

Lo más grave es que las instituciones escolares que debieran trasmitir nuestras tradiciones reconocidas por su valor cultural por la UNESCO, fomenten más el halloween que el Día de Muertos, y con ello se suman a la propaganda que ya de por sí hacen nuestros inefables comentaristas y reporteros de la televisión.

En días recientes escuché numerosas expresiones como: “Comprometida con nuestras tradiciones culturales, fulanita de tal tomó su calaverita y recorrió casa por casa pidiendo truco o trato”; “Fue una auténtica Noche (sic) de Muertos con gritos, disfraces y altares”.

Perder tradiciones y costumbres es perder identidad. Sustituir nuestro Día de Muertos por el halloween es un suicidio cultural, fomentado por la ignorancia supina de personeros de medios de comunicación y entretenimiento, y de comerciantes a los que sólo les importa el negocio.

    

  



[1] Publicado en La Jornada Veracruz, el lunes 5 de noviembre de 2012, pág.6
[2] Coordinador de la Cátedra UNESCO – UV “Ciudadanía, Educación y Sustentabilidad Ambiental del Desarrollo”. http://edgargonzalezgaudiano.blogspot.mx