lunes, 23 de septiembre de 2013

Pronunciamiento del Instituto de Investigaciones en Educación de la Universidad Veracruzana sobre el conflicto social derivado de la reforma educativa


Xalapa, Veracruz a 23 de septiembre de 2013

 

Como comunidad del Instituto de Investigaciones en Educación de la Universidad Veracruzana expresamos nuestro posicionamiento frente a los conflictos sociales derivados de la Reforma Educativa presentada por el Ejecutivo Federal:

  1. Reconocemos la necesidad de que haya cambios en el sistema educativo, pero éstos deben atender la raíz de los problemas. La denominada Reforma Educativa no atiende al sistema educativo en su conjunto (contenidos, planes de estudio, estrategias de enseñanza, infraestructura, organización institucional y el importante papel de los medios masivos, inculcando ideas, anhelos y hábitos no siempre saludables ni sustentables). El sistema educativo debe reconocer y promover la diversidad cultural de nuestro país y proceder atendiendo las condiciones socioeconómicas y geográficas que conforman nuestra compleja realidad.
  2. Demandamos la derogación de la Ley General de Educación y de las legislaciones secundarias, porque no se les dio difusión ni se promovió suficientemente su discusión. Urge someter a la Reforma Educativa a una revisión exhaustiva y crítica por parte de agentes competentes en materia educativa, incluyendo a docentes y familias.
  3. Es tarea y responsabilidad del Estado financiar la educación pública, garantizar su gratuidad y dotarla de infraestructura y servicios de calidad en todos sus espacios, tal como establece el Art. 3° constitucional.
  4. Decimos SÍ a la evaluación de los maestros pero no de manera punitiva. Pugnamos por una evaluación comprensiva de la cual no dependa la estabilidad laboral del docente; por que se respete la autonomía del INEE en los procesos de evaluación; que exista la rendición de cuentas de lo obtenido; que los resultados de dicha evaluación sean utilizados en el mejoramiento de la formación docente y que no se confunda la evaluación con la aplicación de un examen estandarizado. Por tanto, rechazamos la homogenización de la misma.
  5. Respaldamos y apoyamos la lucha magisterial, así como los procesos de democratización que esa lucha está propiciando.
  6. Condenamos cualquier forma de violencia ejercida en contra del magisterio u otros sectores sociales en lucha. Reprobamos el proceder violento de la fuerza pública en los actos de desalojo recientes en el Zócalo de la ciudad de México y en la ciudad de Xalapa la madrugada del 14 de septiembre de 2013, donde integrantes del magisterio, padres de familia y miembros de nuestra comunidad universitaria resultaron muy afectados.
  7. Rechazamos la criminalización de la protesta. Los medios de comunicación deben coadyuvar para que la autoridad competente intervenga de manera oportuna proponiendo alternativas. Por tanto, exigimos al Estado y a los medios masivos de comunicación que ofrezcan información veraz en torno a cualquier acto de demanda social o política y no induzcan a la población a estar en contra de quienes puedan tener legítimos derechos para hacerlo.
  8. Nos declaramos en trabajo bajo protesta. Desde nuestro quehacer académico estaremos atendiendo y articulándonos con el conflicto en torno a la Educación en nuestro país, la lucha magisterial y la movilización social en general,  hoy amenazadas por la represión y el uso de la violencia institucional.
  9. Finalmente, hacemos un llamado a la comunidad universitaria a implicarse en un proceso colectivo y colegiado de discusión y análisis crítico de la reforma, considerando sus dimensiones educativa, ético-político-legal y de movimiento social. Impulsemos juntos el rediseño profundo del sistema educativo mexicano promoviendo corresponsabilidad con otros actores de la sociedad.

 

Atentamente,

 

La comunidad del Instituto de Investigaciones en Educación de la Universidad Veracruzana

Los desastres por fenómenos naturales: fatalidad o negligencia

Los desastres por fenómenos naturales: fatalidad o negligencia[1]

Edgar J. González Gaudiano[2]

Cada temporada de huracanes en el país observamos la misma historia. Numerosas comunidades son devastadas por lluvias torrenciales, derrumbes y crecientes súbitas de ríos, con destrucción de bienes y pérdida de vidas. Ello da inicio a una frenética actividad de las autoridades de los tres órdenes de gobierno para dar la imagen de preocupación, solidaridad con los afectados y compromiso nacional. Se hacen visitas a las regiones más afectadas y se promueven colectas apelando a la generosidad de los mexicanos. Los medios masivos de comunicación, especialmente la televisión, acompañan esa narrativa mostrando al presidente consolando ancianos, gobernadores con las botas entre el lodo y a los organismos del Estado rescatando sobrevivientes y repartiendo despensas.
                El discurso auto exculpatorio es incriminar a la naturaleza, frente a la cual nada se puede hacer. Es un fatalismo frente al desastre que funciona muy bien para eximir de responsabilidad a la autoridad por la omisión, ineficiencia e incluso corrupción de sus actos. Es como querer culpar a Dios de nuestras desgracias, con lo cual el lavado de manos de los distintos agentes involucrados es generalizado eludiendo de ese modo las obras defectuosas y mal planeadas, las carreteras con materiales de baja calidad, la autorización de unidades habitacionales en zonas de alto riesgo, el relleno de lagunas de regulación, la deforestación de cuencas altas y áreas de manglar, la destrucción de dunas y arrecifes, el azolvamiento de ríos y el desfogue a destiempo de embalses, etc. etc. Y pese a que muchos de estos factores causales conciernen a la autoridad ambiental, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales brilla por su ausencia. El secretario respectivo ni siquiera es invitado a las giras porque no se considera ámbito de su competencia. Tampoco hay declaraciones de su parte. Calladito se ve más bonito nadando de a muertito.
                Pasado el momento de emergencia y abandonados a su suerte los afectados por los fenómenos (hay comunidades afectadas por el huracán Karl y la tormenta tropical Matthew de 2010 que aún esperan la ayuda prometida), sin la cobertura histérica de los medios y la presión política para actuar, la autoridad continúa con su mismo modus operandi exacerbando las causas que ocasionarán la tragedia del próximo año. No hay responsables. Nadie es castigado. Nadie renuncia por su incumplimiento, ineficiencia o irresponsabilidad. Se repara lo más visible, sobre todo aquello que puede afectar negativamente la imagen del país en el extranjero. Es la impunidad rampante que caracteriza el cinismo de los tres órdenes del gobierno mexicano.
                Los desastres no son naturales sino construcciones sociales. Ni siquiera las amenazas producidas por fenómenos hidrometeorológicos extremos son naturales, porque una situación potencial de riesgo se convierte en amenaza para una población sólo si ésta es vulnerable.
A nivel académico los enfoques de atención de este tipo de problemas han cambiado mucho durante los últimos veinte años, pero los gobiernos y sobre todo los organismos de protección civil no acaban de enterarse de ello. Las acciones ya no se enfocan tanto en la situación del momento de ocurrencia de un determinado desastre y la respuesta correspondiente (administración del desastre), sino en las condiciones de riesgo que anteceden al desastre (gestión del riesgo), los cuales insisto son de origen social. Un plan de protección civil no puede limitarse a emitir avisos de alerta por radio y televisión cuando el meteoro ya está encima de nuestras cabezas, ni a destapar alcantarillas cuando ya están saturadas.
En otras palabras, ningún desastre como los que recientemente sacudieron los dos litorales mexicanos puede suceder sin la previa existencia de una situación de riesgo, la cual no sólo ocasiona el desastre sino también la magnitud de sus daños. En consecuencia, el riesgo se ha convertido en el leit motiv para entender cómo se “construyen” los desastres, así como para identificar los procesos sobre los que se debe intervenir anticipadamente para prevenir la ocurrencia de un desastre, y para reducir sus impactos a su mínima expresión.
De esta manera ha quedado cada vez más evidente la íntima relación entre el nivel de desarrollo y el riesgo de desastre: en la medida en que el riesgo es un resultado de procesos sociales particulares, es también producto directo o indirecto de los modelos de desarrollo impulsados en cada sociedad. Los crecientes problemas de pobreza y desigualdad que enfrenta la mayoría de la población de nuestro país tienen exactamente las mismas causas que determinan la persistente construcción de riesgos de desastres. La pobreza, la ineficiencia y la corrupción constituyen el epicentro de nuestra progresiva vulnerabilidad de cada día y por si todo esto fuese poco ahí está el cambio climático.[3]




[1] Publicado en La Jornada Veracruz, el lunes 23 de septiembre de 2013, p. 11.
[2] Coordinador de la Cátedra UNESCO – UV “Ciudadanía, educación y Sustentabilidad Ambiental del Desarrollo”. http://edgargonzalezgaudiano.blogspot.mx

[3] Véase Gellert de Pinto, G. I. (2012). El cambio de paradigma: de la atención de desastres a la gestión del riesgo. En: Boletín Científico Sapiens Research, 2(1): 13-17.

martes, 17 de septiembre de 2013

La educación de la Semarnat: Indiferencia y desdén



La educación en la Semarnat: indiferencia y desdén[1]

Edgar J. González Gaudiano[2]

En un convulso momento del país por asuntos que conciernen a la educación, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales ni se preocupa ni le importa. Esto provocó que los integrantes del Consejo Nacional de Educación Ambiental para la Sustentabilidad presentáramos en bloque una renuncia a seguir formando parte de un organismo que presuntamente fue constituido para asesorar a la Secretaría en este tema.
El Consejo Nacional fue el único acuerdo que se cumplió de la lista de los que conformaron el Compromiso Nacional por la Década de la Educación para el Desarrollo Sustentable (2005-2014), suscrito por los entonces secretarios de Educación Pública y de Medio Ambiente y Recursos Naturales, el 11 de marzo de 2005. Este Compromiso fue luego presumido por el Presidente Vicente Fox ante la UNESCO y el mundo por haber sido el primer país en asumir responsabilidades para impulsar un amplio proceso educativo que, entre otros, contribuyera a hacer realidad el desarrollo sustentable en el país; se sustente en las instituciones escolares de los distintos niveles y modalidades, pero que las trascienda, proyectándose hacia todas las esferas de la vida pública y privada; coadyuve a enfrentar los complejos desafíos de un mundo cada vez más interdependiente, en permanente transición y con realidades disímiles y contrastantes; permita a la ciudadanía participar críticamente en la toma de decisiones para definir las trayectorias del desarrollo nacional que deben seguirse, así como genere las actitudes y competencias necesarias para configurar una acción social bien informada, que incida en la prevención y solución de los problemas de cada grupo de personas.
El Consejo se integró con 21 integrantes adscritos a las esferas académica, social, empresarial, jóvenes, etc. Al concluir el periodo para el que fueron nombrados, durante el segundo semestre del año pasado se procedió de acuerdo con la normatividad a sustituir a la mitad de sus miembros. Este proceso se realizó con una amplia participación a la convocatoria correspondiente, pero al quedar definida la elección se consideró que era políticamente correcto que la instalación del nuevo consejo se hiciera con quienes encabezaran la Semarnat en el nuevo gobierno federal. Eso es lo que durante casi diez meses no ha ocurrido, a pesar de llamadas, escritos, entrevistas y falsas promesas del propio secretario el empresario Juan José Guerra Abud, proveniente del Partido Verde Ecologista de México y de sus funcionarios.
El autismo de la Secretaría es aún más incomprensible cuando se supone que se están realizando las consultas públicas para la integración del programa sectorial de mediano plazo y se desdeña la participación de quienes fueron invitados para acompañar precisamente la formulación y aplicación de las políticas públicas en materia de educación ambiental para la sustentabilidad. Eso confirma que el proceso de consulta es otra simulación más a las que ya estamos acostumbrados.
¿Para hacer este papelón disputó el Partido Verde durante tantos sexenios hacerse cargo de la Semarnat? Recordemos que este fue el motivo por el que este grupo de interés familiar rompió su Alianza por el Cambio con Vicente Fox en el primer gobierno de la alternancia, cuando no le dieron la Semarnat a Jorge González Torres, su fundador. Ahora que encontró un aliado político que por fin le cumple sus aspiraciones, en un portentoso acto de magia, el Verde vuelve invisible a lo poco que había quedado de la Semarnat después de la docena trágica, porque su parálisis no se limita sólo a la esfera de la educación ambiental.
La Semarnat actual se ha convertido en una comparsa para eliminar obstáculos al crecimiento económico como se desprende de sus omisiones y de las declaraciones del propio Secretario. De ese modo, echa por la borda las conquistas que el movimiento ambientalista ha logrado durante tres décadas de lucha para promover un desarrollo capaz de satisfacer las ingentes necesidades sociales sin reñir con la conservación de la calidad del ambiente y la integridad de los ecosistemas. Eso es lo que el Verde parece no haber entendido nunca al centrar sus plataformas políticas en asuntos que le han valido el repudio ambientalista internacional, tal como impulsar la pena de muerte o sobre temas sensacionalistas como combatir las corridas de toros,  aunque eso sí lucran con las prerrogativas que recibe.
Así que en materia de educación ambiental y parafraseando a la tira cómica de Palomo en el Cuarto Reich, los del Verde están aplicando una solución ecológica que conocen muy bien: Echarle tierra al asunto. Sin embargo, la comunidad de los educadores ambientales y otros grupos afines haremos una permanente vigilancia ciudadana de lo que la Semarnat plantee en el programa sectorial, así como de lo que haga y deje de hacer a lo largo del sexenio o lo que duren en él a pesar de su obsequiosa entrega.




[1] Publicado en La Jornada Veracruz, el martes 17 de septiembre de 2013.
[2] Coordinador de la Cátedra UNESCO-UV “Ciudadanía, Educación y Sustentabilidad Ambiental del Desarrollo”. http://edgargonzalezgaudiano.blogspot.mx

viernes, 13 de septiembre de 2013

Una renuncia por dignidad y en defensa de la educación ambiental



México D.F. a 4 de septiembre de 2013.

M. C. Juan José Guerra Abud
Secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales
Los que suscribimos la presente, miembros del Consejo Nacional de Educación Ambiental para la Sustentabilidad (CNEAS) nombrados en su momento por la propia Semarnat), le manifestamos lo siguiente:
1. Han pasado casi diez meses desde el inicio de la nueva administración federal y en este tiempo no hemos recibido comunicado oficial sobre dicho Consejo, ni para avisarnos de su posible reinstalación, con la integración de la mitad de nuevos consejeros elegidos a finales del 2012 ni tampoco para comunicarnos las razones por las que ésta se ha detenido durante un lapso tan largo.
2. Durante este tiempo, representantes del CNEAS han enviado oficios y realizado llamadas telefónicas solicitando una cita con Usted o con el Coordinador General del Centro de Educación  Capacitación para el Desarrollo Sustentable (Cecadesu), el Lic. Felipe Nemer Naime, pero hasta ahora los intentos unilaterales de comunicación sólo recibieron una escueta respuesta del Lic. Nemer de que se había hecho la propuesta al Secretario de instalar el Consejo en el mes de abril. No ha habido otra comunicación desde entonces, ni para agendar la reunión ni para negarla, lo que nos ha generado un profundo desconcierto.
3. Lo anterior acrecienta nuestra preocupación de que la política ambiental, y en especial la de la educación ambiental, ocupe un lugar marginal y de muy escaso peso en el contexto del desarrollo nacional, como quedó evidenciado en el Plan Nacional de Desarrollo. En ese sentido, resulta lamentable que la experiencia de los miembros del CNEAS en el campo de la educación ambiental no sea reconocida por la presente administración, lo que nos hace pensar que la construcción de una cultura ambiental no será asumida como prioridad, ocasionando que se reviertan muchos años de esfuerzos y logros colectivos realizados en nuestro país desde hace más de tres décadas.
4. Una instancia de participación ciudadana, como lo es el multicitado Consejo, sólo tiene sentido si hay la disposición de recoger opiniones diversas de sectores y actores sociales para que, a través del diálogo, se enriquezcan las decisiones políticas en la materia; en nuestro caso es evidente que no ha existido ni existe, por parte del sector gubernamental que Usted encabeza, el interés por tomar en cuenta nuestras posturas y propuestas en el campo de la educación ambiental.
Por las razones anteriores, y una vez discutida ampliamente esta problemática entre los compañeros Consejeros y con otros organismos sociales y académicos, los cuales nos han hecho sentir un fuerte respaldo, le comunicamos nuestra decisión de renunciar al Consejo Nacional de Educación Ambiental para la Sustentabilidad, del cual en su momento fuimos co-impulsores, a fin de que fungiera como espacio de participación social y como una vía más para el fortalecimiento de la educación ambiental en nuestro país, en el que nosotros hemos venido trabajando desde hace muchos años; sin embargo, la dignidad como ciudadanos y educadores ambientales no se negocia ni se pospone.
La educación ambiental tiene como condición inherente una actitud de optimismo, por lo que deseamos que pronto las políticas y decisiones en materia ambiental cambien de manera relevante y podamos ver en un futuro muy próximo un impulso a este campo que resulta vital para la construcción de la sustentabilidad en México.
Sin otro particular, reciba nuestros saludos.




Dr. Edgar González Gaudiano (Presidente)


M. C. Lorena Martínez González


Dr. Javier Reyes Ruiz


Dr. Pedro Medellín Milán


M. C. María Teresa Bravo Mercado


M. C. Elba Castro Rosales
Consejera Electa

Dr. Jorge Ramírez Acosta


Dra. Alicia Castillo Álvarez


M. C. Blanca Estela Gutiérrez Barba


Dra. Shafía Súcar Súccar



 Publicado en La Jornada Veracruz en línea el 13 de septiembre de 2013.




lunes, 2 de septiembre de 2013

¡Qué bonito "florean" los árboles de Xalapa!

¡Qué bonito “florean” los árboles de Xalapa![1]

Edgar J. González Gaudiano[2]

Cualquiera con una mínima capacidad de observación y sin necesidad de ser un experto forestal, puede darse cuenta con facilidad de la forma en que los árboles de Xalapa y sus alrededores se han ido llenando de una planta con flores color naranja que en apariencia los “adornan”. Se trata de una especie de muérdago que parasita en los troncos y ramas de los árboles hasta secarlos y que se propaga muy rápidamente con el viento y las aves.
He comentado el asunto con varios propietarios de jardines infectados y me comentan que han contratado los servicios de jardineros para hacer podas periódicas, pero les preocupa que si los vecinos o el gobierno municipal no actúan en el mismo sentido en los árboles de los predios y áreas verdes aledaños, este muérdago volverá a extenderse.
Consultando algunas fuentes me he enterado que la planta lleva como nombre científico el de Psittacanthus Calyculatus, popularmente conocida también como muérdago verdadero, matapalos, cáncer de los árboles y mal ojo. Es un problema que requiere de un control fitosanitario mediante sistemas mecánicos (podas) y químicos, porque se ha esparcido prácticamente por las zonas tropicales y subtropicales de todo el país.
Se trata entonces de un problema que requiere de atención urgente de las instancias federales como la Semarnat, la Conafor y la Comisión de Sanidad Vegetal de la Sagarpa, así como del gobierno del estado y los municipios y con apoyo de los grupos académicos como el Instituto de Investigaciones Forestales de la Universidad Veracruzana.
Es un momento propicio para integrar este equipo interinstitucional, desarrollar un plan de acción y aplicar recursos presupuestales, porque de acuerdo con la bibliografía se recomienda realizar las podas durante la temporada de otoño – invierno, con lo cual se favorece la cicatrización, se reduce el exudado de resina y disminuye el riesgo de afectación de otras plagas incluyendo incidencia de insectos descortezadores. A ver cuándo. No todo son vialidades.



[1] Publicado en La Jornada Veracruz, el lunes 2 de septiembre de 2013, pág. 6.
[2] Coordinador de la Cátedra UNESCO-UV “Ciudadanía, Educación y Sustentabilidad Ambiental del Desarrollo”. http://edgargonzalezgaudiano.blogspot.mx