martes, 17 de noviembre de 2015

La universidad asediada*

Edgar J. González Gaudiano**

En los últimos meses se ha dado a conocer la crítica situación financiera por la que atraviesa la Universidad Veracruzana. Quizá algunos no logren comprender su magnitud, pero el gobierno del estado de Veracruz sólo ha entregado el 20% de lo que le corresponde durante el año 2015. Es decir, la UV ha tenido que interrumpir un gran número de sus actividades vitales para dar prioridad, con recursos que recibe del gobierno federal, al pago de la nómina del personal académico y administrativo, a fin de no suspender los servicios educativos, de investigación y de difusión que son la razón de su existencia.
El subsistema de educación superior de nuestro país se caracteriza por una gran diversidad de tipos de instituciones en las que destacan las universidades públicas autónomas. Se trata de instituciones de calidad que se rigen por programas establecidos por las propias universidades para responder a lo que la sociedad espera de ellas para contribuir al bienestar de la población del país, con mayor énfasis en sus territorios de influencia. Las universidades públicas forman a las futuras generaciones que conducirán al país, crean cultura, producen conocimiento, forjan ciudadanía para el ejercicio de los derechos y deberes de una democracia. Es por eso que son públicas, porque producen bienes y servicios públicos.
Pablo Latapí decía que las universidades públicas son tales porque:
1.       Pertenecen a la sociedad en su conjunto y esa es la razón por la que dependen de recursos públicos.
2.       Están abiertas a todos, bajo las únicas restricciones que imponen los requisitos académicos de ingreso, permanencia y egreso.
3.       Encarnan valores que nos son valiosos a todos, en los que converge nuestra diversidad social, cultural e ideológica promoviendo la tolerancia, el respeto por los otros, por los diferentes, a partir del diálogo y la convivencia plural.
4.       Intentan responder responsablemente a las necesidades y problemas de todos, principalmente a los de los más desfavorecidos, en una perspectiva de bien común.
5.       Atienden al propósito superior de la soberanía nacional, de independencia, de justicia social.
Por todo eso son públicas, por lo que son básicas para nuestra democracia; son faros de libertad máxime en un país como el nuestro donde muchas instituciones públicas están sometidas a los intereses de grupos de poder económico y político. Son instituciones imprescindibles del Estado mexicano, por lo que el financiamiento que reciben no es una dádiva, sino una obligación del Estado mexicano establecida en nuestra Carta Magna. No entregarlo completo y con oportunidad no sólo es una grave irresponsabilidad, sino una violación a la ley.
Pero en este escenario nacional de las universidades públicas autónomas hay inequidades. La mayoría de ellas, reciben financiamiento público proveniente de recursos federales y estatales, que suele tener una distribución muy variable pero que en promedio se ubica en alrededor de 30% de recursos estatales y 70% federales. La universidad Veracruzana tiene una relación cercana al 50-50 y eso la hace aún más vulnerable y explica en parte la gran crisis que ahora vive. Además, las universidades federales como la UNAM, el IPN y la UAM reciben varias veces más financiamiento por estudiante que la UV y todo su presupuesto proviene de recursos federales por lo que sale etiquetado del presupuesto nacional. Lamentablemente no es el caso de la UV.
Más de 2000 millones de pesos de recursos provenientes del estado le han sido ilegalmente retenidos, además de otros 450 millones provenientes de recursos federales que no le han sido entregados, acto que por sí mismo merecería una investigación por parte de la Secretaría de Educación Pública porque implica una desviación de recursos.
No entiendo qué es lo que quiere provocar el gobierno del estado de Veracruz encabezado por el Señor Duarte de Ochoa en una institución de casi ochenta mil estudiantes y once mil trabajadores. Como si le faltaran a este estado problemas.

En los últimos años, la Universidad Veracruzana ha hecho gigantescos esfuerzos por mejorar la eficiencia en el gasto y en los indicadores de calidad académica de sus acciones. Estos esfuerzos le han sido reconocidos por la SEP, el Conacyt, la ANUIES, por su creciente número de programas acreditados, de investigadores en el Sistema Nacional de Investigadores, por el número de cuerpos académicos registrados, por el crecimiento de su matrícula, por sus programas de vinculación, de difusión cultural, entre muchas otras acciones. Su importancia no sólo en Veracruz, sino en el país es indiscutible. La UV vive una transformacional radical de su vida institucional. No constituimos una universidad perfecta, ninguna lo es. Tenemos muchos y serios problemas, pero estamos en el camino de resolverlos, los estamos enfrentando todos los días en las aulas, en los laboratorios, en los campos, en las regiones. No se merece la UV lo que le está ocurriendo.

*Publicado en La Jornada Veracruz, el 15 de noviembre de 2015.
**Director del Instituto de Investigaciones en Educación de la Universidad Veracruzana <edgagonzalez@uv.mx>