Édgar González Gaudiano
El 30 de junio de 2009, una ciudadana veracruzana envió un correo electrónico al titular de la Semarnat denunciando que desde noviembre del año anterior se había aplicado un herbicida a los costados y al camellón central de la autopista Córdoba-Orizaba y que eso había impedido que planta alguna creciera durante más de seis meses. Además, por las noches aplicaban esa u otra substancia a los árboles que casi inmediatamente comenzaban a secarse.
El 20 de julio el enlace técnico de sanidad forestal de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) de la Gerencia X Golfo pide a la denunciante que pase a sus oficinas en la ciudad de Orizaba para firmar de recibido una respuesta que consiste en la copia del oficio turnado a la Profepa para que se tomen cartas en el asunto, y le comunica que se programará una visita al lugar indicado para ver si hay incidencias o presencias de plagas en el arbolado.
Con fecha 5 de agosto, la Dirección General de Denuncias Ambientales, Quejas y Participación Social de la Profepa comunica su incompetencia e informa que en el marco de la ley había canalizado la denuncia al ¡Ayuntamiento de la Ciudad y Puerto de Veracruz! y a la Delegación de Caminos y Puentes Federales Región VII (Capufe), quienes debían encargarse de informar a la denunciante sobre las actuaciones, trámites y resoluciones que emitieran en el ámbito de su competencia. Más tarde, el 21 de septiembre de ese año, la misma área envía otro oficio corrigiendo e indicando que la denuncia había sido canalizada al Ayuntamiento de Orizaba -responsable ahora de dar seguimiento a dicha denuncia- y que se ponen a las órdenes de la denunciante, etc. etc.
Con procedimientos así todas las dependencias y funcionarios implicados en el caso se lavan las manos, ya que formalmente cumplen en tiempo y forma con la letra de la ley, aunque no se resuelvan los problemas. El asunto se archiva y ya. No plantean siquiera hacer una inspección, salvo para ver si existen plagas, aunque la denuncia no se refería a eso. Burocracia pura. Un trámite meramente administrativo para evadir el cumplimiento de la ley.
El problema es muy serio, no sólo porque es recurrente a lo largo de la geografía del país, sino porque el herbicida de referencia llamado Faena Fuerte 360, que aplican sin control los contratistas de Capufe dos o tres veces al año, es el glifosato, un derivado del ácido N-(fosfonometil)glicina-isopropilamina que ha recibido cientos de denuncias en varios países, entre ellos Argentina, Colombia y Francia, ya que se usa en la producción de la soya transgénica y para combatir cultivos de hoja de coca. Varias investigaciones han demostrado que provoca distintos grados de envenenamiento, aunque las empresas que lo comercializan sostienen que el producto no está considerado como agente carcinogénico ni mutagénico y se utiliza en prácticamente todos los cultivos, donde se vuelve inactivo rápidamente en contacto con el suelo, y su baja volatilidad reduce el peligro de dañar plantaciones y sembrados vecinos y no tiene efecto residual.
Lo cierto es que un informe conjunto del Centro de Investigaciones en Biodiversidad y Ambiente, el Hospital Italiano Garibaldi de Rosario, la Universidad Nacional de Rosario, el Colegio de Ingenieros Agrónomos y la Federación Agraria Argentina, comprobó la fuerte correlación entre los casos de cáncer, leucemia, lupus y otras graves afecciones halladas en seis pequeños pueblos del área sur y central productora de soya de Santa Fe. Tras diez años de denuncias de los habitantes del barrio Ituzaingó, de Córdoba, Argentina, rodeado de campos de soya, un juez prohibió fumigar con el producto cerca de zonas urbanas. De cinco mil habitantes, 200 tienen cáncer y todas las familias tienen al menos un enfermo.
Un estudio con embriones del Laboratorio de Embriología Molecular de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) refuta la supuesta baja toxicidad del glifosato. Empleando dosis hasta 1500 veces inferiores a las utilizadas en las fumigaciones de los cultivos de soya, comprobó trastornos intestinales y cardíacos, malformaciones y alteraciones neuronales.
Otras investigaciones realizadas en Francia por Gilles-Eric Seralini, experto de la Universidad de Caen, descubrió en 2005 que células de la placenta humana son muy sensibles al glifosato, incluso en dosis inferiores a las utilizadas en agricultura. Aunque fue duramente cuestionado por las empresas del sector y acusado de “verde” -entendido como fundamentalismo ecológico- volvió a la carga y la revista científica Chemical Research in Toxicology publicó su nuevo estudio, en el que constató que el glifosato es letal para las células humanas. Según el artículo, dosis muy por debajo de las utilizadas en los campos de soya provocan la muerte celular en pocas horas.
Por su parte, Robert Belle, director de la Estación Biológica del Centro Nacional de Investigación Social de Roscoff (Francia), en 2002 probó el glifosato en células de erizo de mar (un modelo científico convencional para estudios de división celular). El experimento probó que el producto deteriora los puntos de control del ciclo celular.
Con todas estas denuncias sociales y evidencias científicas, el asunto merece algo más que un mero trámite administrativo, aunque se trate de Monsanto ¿o no?
Coordinador de la Cátedra UNESCO-Universidad Veracruzana “Ciudadanía, Educación y Sustentabilidad Ambiental del Desarrollo”. edgagonzalez@uv.mx El autor agradece la colaboración de A. Tejeda Martínez.
Publicado en Milenio El Portal, Xalapa, Ver. 7 de febrero de 2011.
Es realmente indignante, pues toda la zona de Tierra Blanca esta llena de desastres ecológicos y todavía le aumentan màs. Ahora la pregunta es ¿que se puede hacer? como podemos apoyar a la denunciante
ResponderEliminarRecuerdo que hace ya 10 años o más, un amigo agrónomo, tenía el contrato de algunas parcelas en el estado de Veracruz para hacer demostración en el uso de Faena Fuerte 360, en donde el pago era muy sustancioso, sin tomarse en cuenta los niveles de toxicidad real del producto.
ResponderEliminarEn cuanto a la aplicación de las leyes, me parece que es una de las fallas con las que cuenta nuestra procuraduría ambiental, aun existiendo las figuras que se pueden denunciar no se aplica. Supongo que esto pasa porque nosotros como ciudadanos no exigimos se cumpla o somos parte de la corrupción; ya sea por dar dinero o por omisión, o simplemente por hacernos que no pasa nada, -no es mi asunto-. Es asunto de todos cada vez que se presenta la ausencia de justicia, ya sea en los derechos humanos o ambientales. Me parece que podemos sumarnos a la denunciante y apoyarla cada vez que presenciemos éstos actos criminales al medio. Clori 8 feb 2011
Adjunto otro comentario recibido vía correo electronico.
ResponderEliminarHola Edgar,
Tal vez te interese saber que en México se aplicó glifosato sistemáticamente en las presas que estaban cubiertas de lirio acuático por varios años, hace unos 15. Después de una campaña intensiva de lucha química contra el lirio, se combinó con lucha mecánica y luego con lucha biológica. La CONAGUA aún acepta la aplicación de glifosato, 2,4-D o similares para el control de esta hierba.
un saludo
Otro comentario recibido:
ResponderEliminar"Chido el articulo que bueno que le estas haciendo al activismo tambien!
Faena es quiza el "desmalezador" mas comun en Veracruz. Se usa mucho
en potreros para ganaderia.
En Veracruz se han detectado residuos organoclorados en por lo menos 4
especies de aves rapaces.
Los tomates que nos comemos tambien traen su faena, mas 7 tipos de
pesticidas mas, lo pueden comprobar aqui cerca en la region de la
Tinaja, donde se produce mucho tomate, chile xalapeño y habanero.
Lo curioso es que en las orillas de la carretera esta prohibido
sembrar pero si se pueden echar esos liquidos mortiferos.
saludos,
SA"
Uno más:
ResponderEliminar"Nuestra rancia tradición colonial, ante los dictados de la Corona. "Se acata pero no se cumple". Los colorados eran y son corruptos, pero estos perjumaos, son peores. Nos parecen repetir el que "nacimos para obedecer" Si no preguntenle a Carmen Aristegui"
Muy interesante la forma en que abordas el problema o mas bien los problemas, el uso de tóxicos y los enredados caminos de la ley, como quiera hay que seguir insitiendo, la denuncia es un arma parecida al cuchillito de palo....
ResponderEliminarSaludos
Eglantina
Si es indignante, pero; no podemos mejorar la ciudad y mucho menos criticar, si uno mismo cae en las ârbitrariedades en nuestro entorno personal, critico al de enfrente al que hace o deshace pero "yo" si muevo palancas para estar en tal puesto, "yo" si voy y pido que me echen la mano con mi hijo o hija que no quedo en la escuela, "yo" voy y hablo con el secretario de educación pa´una plaza, todo eso es vergonzoso, asumir solo a la satisfacción personal, y muchos de sus seguidores así son, aceptar las circunstancias de lo que somos, lo que hacemos, esforzarnos como lo hacen todas aquellas personas que no tienen una palanca cuando empezemos a dejar de ver por nosotros mismo, entonces estamos preparados para cambiar la ciudad, el mundo, el planeta.
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