El modelo educativo de la
Universidad Veracruzana y el cambio de rector
Edgar J. González Gaudiano[1]
Uno
de los temas más controvertidos en los meses recientes en la Universidad
Veracruzana, ha sido el de los cuestionamientos a su Modelo Educativo Integral
y Flexible (MEIF). En los planteamientos de la gran mayoría de los aspirantes a
ocupar la rectoría de esta universidad se asumen posiciones al respecto, por lo
que considero conveniente analizar aunque sea brevemente el punto, con la idea
de contar con mejores elementos para el análisis de las propuestas, toda vez
que se trata de un asunto nodal para el presente y futuro de nuestra
institución.
La innovación educativa se ha convertido en uno de
los ejes principales de los cambios sustantivos de las estructuras y prácticas
en las instituciones de educación superior en México desde hace dos décadas. La
flexibilidad, el currículo por competencias y los enfoques integrales centrados
en el estudiante han sido tres de las tendencias dominantes en los procesos de
innovación, a fin de encarar los desafíos del mundo contemporáneo.
Tales tendencias se han nutrido de otros elementos
que aportan sinergia a los cambios, entre los que destacan la atención
tutorial, el diseño de proyectos, los casos de estudio, la multimodalidad, la
formación situada, las experiencias de vinculación, la movilidad de estudiantes
y académicos, la estructura en red y la cooperación horizontal, los temas
transversales (sustentabilidad, interculturalidad, formación de ciudadanía,
etc.), la coparticipación de recursos y homologación de títulos, la educación a
distancia y las tecnologías de la información y la comunicación.
Ese conjunto de factores ha venido a trasformar
cualitativamente atávicas dinámicas institucionales, contribuyendo a
desedimentar arcaísmos no sólo de enseñanza-aprendizaje, sino también de
evaluación y gestión. Sin embargo, este proceso no ha estado exento de
resistencias y obstrucciones de tipo académico, pero también sindical,
administrativo y normativo.
Uno de los problemas centrales en los procesos de
reforma educativa ha sido que no implican un cambio sistémico del programa institucional
en su conjunto pensado en el mediano y largo plazos con pertinencia social, por
lo que pueden incurrir en una serie de sesgos muy frecuentes que suelen
mezclarse entre sí: los que se asumen desde una perspectiva instrumental utilitaria
sin referentes teóricos, históricos y críticos; los que se ven como estrategia
para responder a una novedad con base en expertos externos y sin contar con la
convicción de los agentes internos involucrados; los que se prescriben de
arriba hacia abajo (top-down) responsabilizando
únicamente al docente de su implantación sin incentivos que lo motiven; los que
plantean fases de aplicación sin acompañamiento ni tiempos perentorios de
cumplimiento, y los que no establecen financiamientos frescos para su
implantación, exigiendo hacer más con las de por sí exiguas condiciones
presupuestales y burocratizando excesivamente los procesos.
Cuando la reforma educativa incurre en alguno de
esos sesgos o en varios, suelen producirse procesos frustrantes y desgastantes que
tensionan aún más los procesos internos, por lo que aborta o el fracaso se
encubre con prácticas de simulación y clichés justificatorios.
El Modelo Educativo Integral y Flexible
(MEIF) de la Universidad Veracruzana fue diseñado para responder a la gran
mayoría de los rasgos principales de la innovación educativa en boga. Implica
el desarrollo de nuevas formas de aprender a partir de competencias y visión
inter y transdisciplinarias. Ello mediante un currículum flexible con base en
un sistema de créditos, donde las actividades de aprendizaje se seleccionen
considerando tanto los requerimientos del programa como las características del
estudiante.
Un
modelo en el que el servicio social y la titulación tienen valor crediticio, en
el que se flexibilizan contenidos y tiempos, se implementa un sistema tutorial
y se facilita la movilidad estudiantil; además, se dispone de un paquete de
cursos para desarrollar competencias de comunicación y autoaprendizaje y otras
que requiera la formación integral del estudiante. Casi todos los aspirantes a
la rectoría de la UV se refieren a la necesidad de fortalecer el MEIF.
El Dr. Víctor Arredondo menciona la necesidad de
impulsar la innovación cualitativa de la visión institucional; la manera en que
funciona para asegurar los conocimientos disciplinarios básicos y las
competencias profesionales, a partir de procesos orientados a la formación
integral.
El Dr. Porfirio Carrillo enfatiza la importancia
de ahondar en la innovación educativa para la formación integral de los
estudiantes en su campo profesional, en idiomas, arte, cultura y deportes.
Mejorar el sistema de tutorías y la programación de los cursos atendiendo las
trayectorias para reducir el rezago y la deserción y aumentar la eficiencia
terminal. Revisar los cursos de experiencia recepcional y servicio social para
asociarlos a la investigación y las prácticas profesionales. La oferta
educativa debe asegurar a los estudiantes amplias competencias profesionales
que favorezcan su inserción en el mercado laboral y alienten su capacidad
creativa, colocando lo administrativo al servicio de la actividad académica.
El
Dr. Manlio Fabio Casarín reconoce la diversidad de problemas generados a partir
de la implantación del MEIF y propone ampliar la oferta educativa para atender
el bono demográfico; diversificar las opciones de formación profesional;
fortalecer el proceso de enseñanza-aprendizaje a partir de la certificación de
competencias laborales; desarrollar la educación universitaria virtual y
sincronizar las estructuras administrativas con el MEIF para formalizar la
transición al modelo flexible.
El Dr. Sergio Natan González enfatiza que la
innovación educativa ha de mantenerse bajo un enfoque transversal que considere
la flexibilización y articulación de modalidades educativas, la movilidad e
internacionalización estudiantil y académica con sentido de sustentabilidad e
interculturalidad en la formación de los estudiantes.
La Dra. Sara Ladrón de Guevara describe las
limitaciones de la puesta en marcha del MEIF y las críticas que ha recibido en
cuanto a la administración escolar, básicamente en los horarios corridos de los
alumnos, pero sin tocar la parte medular del modelo que ha sido un tanto
olvidado. La integración de tres ejes: teórico, heurístico y axiológico es desconocida
por docentes y alumnos y lo mismo ocurre en cuanto a su distribución por áreas.
No se cuestionan ni se reelaboran las áreas de la formación disciplinaria,
terminal o de elección libre, pero sí la función del área básica, la cual
podría convertirse en un requisito de ingreso y para facilitar la acreditación
de estas áreas, la UV podría ofrecer cursos en línea, semiescolarizados y
acceso a la acreditación a través de la evaluación estandarizada.
La
Dra. Clara Celina Medina propone evaluar el MEIF para identificar su
pertinencia y las necesidades de mejora que busquen asegurar la calidad de los
servicios educativos que ofrecemos a la sociedad.
El Dr. Marcelo Francisco Monfort
denuncia que el MEIF fue convertido en un fin, con lo que perdió su valor como
medio. Las críticas se centran en el medio y no en las causas. Nuestro desafío,
dice, no es mantener tal cual el modelo, pero tampoco cortarlo de tajo. El
cuestionamiento más profundo y más serio es que el MEIF supone que toda la
universidad puede funcionar bajo un mismo modelo de enseñanza-aprendizaje. Dos
finalidades que atañen al modelo se encuentran dentro de su propuesta:
Desarrollar los talentos naturales y adquiridos y no sólo las competencias de
maestros y estudiantes y, crear un nuevo
perfil de estudiante de la UV sustentado en la meritocracia del rendimiento
escolar.
Dr. Homero Vladimir Ríos señala que el modelo debe
revisarse para tomar lo positivo y complementar la parte de valores y
emprendedora. Esto para que el estudiante se mentalice en que puede ofrecer sus
servicios en el mercado laboral o bien optar por el autoempleo o desarrollo de
una empresa. Los planes de estudio deben estar en constante actualización para
que su desarrollo en el periodo escolar sea óptimo y se adquieran conocimientos
actualizados que garanticen la vigencia de los egresados.
La Maestra Leticia Rodríguez Audirac consigna que si
bien se ha avanzado en la incorporación a la agenda de temas capitales como
género, sustentabilidad, internacionalización, democracia, justicia social,
interculturalidad y el papel de las artes en la sociedad actual, son aún
esfuerzos desarticulados y limitados a espacios particulares. Para
atender las necesidades de formación integral es preciso consolidar la articulación
de los programas educativos con la investigación que realizan los cuerpos
académicos, a fin de que sean los que garanticen su pertinencia social;
establecer procesos formativos interdisciplinarios y situados regionalmente que
contribuyan a crear condiciones de equidad. La evaluación integral del modelo
educativo favorecerá la formación de los estudiantes concretándose la
articulación con la investigación y la vinculación.
La comunidad universitaria tiene la palabra.
[1]
Director del Instituto de Investigaciones en Educación de la Universidad
Veracruzana.Publicadao en La Joranada Veracruz, el miércoles 24 de julio de 2013.
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