La
obesidad infantil: otro némesis de nuestro atribulado país
Édgar J. González Gaudiano[1]
El día de ayer el diario La Jornada publicó un
artículo de Ángeles Cruz Martínez sobre la decisión en curso de cancelar la
publicidad sobre la comida chatarra en los horarios de la barra infantil en
días de la semana y durante todo el día los fines de semana. La propuesta
consiste en reformar el Reglamento Sanitario de Publicidad, y fue elaborada por la Comisión Federal para la
Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).
Si bien la propuesta de reforma ya fue sometida a consulta
pública y fue autorizada por la Comisión Federal de Mejora Regulatoria, desde
el pasado 23 de septiembre se encuentra en espera de ser publicada en el Diario
Oficial de la Federación; detenida tal vez por cálculos políticos sobre el
curso que sigan las quejas de los empresarios de comida chatarra y bebidas
edulcoradas en el marco de la reforma financiera por los impuestos que, en el
caso de lo comida chatarra, los diputados aprobaron de 5%, y que podría elevarse
a 8% para provocar cambios en el patrón de consumo de estos productos de alta
densidad calórica por parte de la población. Ello a su vez obligaría a las
empresas a modificar sus fórmulas de composición de azúcares y otros carbohidratos,
sal y grasa, principalmente.
Asimismo, se aprobó pese al intenso cabildeo de las
empresas que las producen un impuesto de un peso por litro a las bebidas
saborizadas, así como a los concentrados, polvos, jarabes, esencias o extractos
de sabores, que contengan cualquier tipo de azúcares añadidos.
La propuesta de reforma se sustenta en estudios del
Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Dr. Salvador Zubirán, sobre el
efecto pernicioso de la exposición de los niños a la propaganda de estos
productos mediante la televisión, así como en otras investigaciones de
organismos internacionales que confirman su directa relación con el aumento del
peso corporal.
La realidad nacional en este sentido es aterradora.
30 por ciento de la población infantil tiene sobrepeso y obesidad, y está
incrementándose, con lo que México ocupa el nada honroso primer lugar mundial
en este nivel de la enfermedad. Pero en el contexto nacional, en Veracruz esta
cifra se eleva a 47% con lo que el estado es el primer lugar nacional del
primer lugar mundial.
Si bien el problema de sobrepeso y obesidad
infantil es un fenómeno complejo en el que convergen múltiples factores que se
potencian entre sí, además de los mencionados: por la falta de actividad
física, la inseguridad en los espacios públicos, la necesidad de que ambos
padres trabajen, etc., a pesar de algunas limitaciones de la propuesta se
estima que los cambios regulatorios repercutan en una disminución de 39 por
ciento de la exposición a la publicidad en los niños de 4 a 9 años y de 28 por
ciento en los de 10 a 15.
Si a ello se añaden los efectos buscados del aumento
en el costo de esos nocivos productos en razón de los nuevos impuestos, es de
esperarse un mejor resultado en el corto, mediano y largo plazos que disminuyan
sustantivamente los enormes costos actuales en el sistema de salud para atender
las enfermedades asociadas a esta pandemia y, sobre todo, a mejorar la calidad
de vida de nuestra generación de reemplazo.
Habrá que pedirle ahora a la SEP que fortalezca
estas acciones con programas educativos y medidas consistentes, tales como un
control estricto de los productos que se venden las tienditas escolares y con
lo que los niños llevan para su consumo en los recesos, con la recuperación de
la educación física en las escuelas, con cambios acordes en los programas
educativos y con campañas a los padres de familia que informen sobre los serios
riesgos que corren los niños. Tal vez así podamos ver más casos como los de los
niños triquis y las niñas poblanas ganando premios en actividades que los
dignifican como personas.
Ya era hora siendo un asunto de la mayor prioridad
social.
[1]
Coordinador de la Cátedra UNESCO – UV “Ciudadanía, Educación y Sustentabilidad
Ambiental del Desarrollo”. http://edgargonzalezgaudiano.blogspot.mx
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