Es un gran honor y privilegio haber
sido designado en esta ceremonia de investidura del grado de doctor Honoris
Causa para presentar a la doctora Lucie Sauvé ante este Honorable Consejo
Universitario General. Los usos y costumbres académicos refieren que esta tarea
consiste en hacer una cavilación sobre sus méritos, lo cual se hace muy difícil
debido a que a la admiración y respeto en la relación académica que mantengo
con la doctora Sauvé desde hace más de quince años, se ha añadido a lo largo de
este tiempo el cariño y el apego en una relación de gran amistad con Lucie. Por
lo mismo mis palabras irán teñidas de una fuerte dosis de emoción.
El Reglamento de Reconocimiento
al Mérito Universitario de la Universidad Veracruzana consigna que el doctorado
honoris causa podrá ser conferido a quienes por su contribución a las ciencias,
a las letras o a las artes, hayan realizado una labor extraordinaria para el
mejoramiento de las condiciones de vida o del bienestar de la humanidad. En
este enunciado existen dos condiciones sustantivas: el de una trayectoria
académica relevante y una contribución social ejemplar.
Se trata del reconocimiento de un
vínculo que ha de ser íntimo y fecundo. La Universidad como máxima expresión de
una conciencia ilustrada y la irradiación de sus efectos más benéficos al seno
de la sociedad en la que se halla inserta, para a su vez ser enriquecida por
ésta. Es una articulación de interdependencia y continua transformación del
entorno social y de la propia comunidad universitaria, para construir una mejor
Universidad y una mejor Sociedad.
En este marco, la expresión más
digna de una Universidad es el reconocimiento de una trayectoria de excelencia
mediante uno de sus actos más solemnes: la investidura de un Doctor Honoris
Causa por sus méritos superiores en la tarea científica, humanística o
artística y por sus potentes contribuciones a la sociedad y por la lucha en
busca de ideales eximios y defensa de derechos, sobre todo de los más
desprotegidos. En ese acto la Universidad honra a la vez que es honrada.
Por todo ello, ha sido para mí
muy difícil expresar en pocas palabras, una trayectoria tan intensa, tanto a
nivel científico como pedagógico y con un apasionado compromiso social.
Conocí a Lucie Sauvé en 1999,
cuando asistió al primer Congreso Nacional de Investigación en Educación
Ambiental, realizado en el Puerto de Veracruz, bajo los auspicios de la
Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca, del gobierno federal,
y de la Universidad Veracruzana. Ya había leído algunas de sus publicaciones y
me había sorprendido su claridad conceptual y su compromiso político con el
campo de la educación ambiental. Por ese motivo fue que la invité a participar
en el congreso sin grandes expectativas de que viniera. Aceptó participar
enseguida y su intervención en el evento fue inspiradora, marcando la pauta de
lo que debía ser a su juicio una verdadera investigación en educación
ambiental.
Las obras de Lucie Sauvé son
lecturas obligadas en los procesos formativos en esta área y es la autora extranjera
más citada en las tesis de licenciatura y posgrado en educación ambiental en
México y en muchos otros países latinoamericanos. Ha sido tan claro su
compromiso con nuestra gran región que refrenda que su provincia de Quebec es
también América Latina.
Antes de continuar permítanme por
un momento explicar lo que significa ser casi una autora de culto en el campo
de la educación ambiental. Este campo no sólo es un campo emergente tanto en la
política educativa como en la política ambiental, sino que es muy vulnerable a
los vaivenes institucionales incluso internacionales, así como a los devaneos
de los funcionarios en turno, como ocurre actualmente en México con el Partido
Verde al frente de la Semarnat.
En nuestro país, la educación
ambiental nunca ha estado bien posicionada en la política ambiental ni en la
educativa, por lo que sus programas aún los exitosos son muy inestables y
tienen una permanencia no mayor de un sexenio. En lo internacional, la
educación ambiental sigue estando fuertemente amenazada ahora por la educación
para el desarrollo sustentable, propuesta encaminada a impulsar una estrategia
educativa vana que pretende someter aún más la conservación ecológica y la protección
del medio ambiente al crecimiento económico a toda costa. De este modo, la
educación ambiental no es un campo pedagógico que fascine a muchos grupos de
interés, antes bien es combatida desde numerosos ángulos.
Es por ello sobresaliente y debiese
ser del mayor interés político y social en México, el trabajo que la Dra. Sauvé
desarrolla desde 2011 como líder de un colectivo científico sobre la cuestión
del gas de esquisto o de lutita, consistente en hidrocarburos en estado gaseoso
que se encuentran en formaciones rocosas sedimentarias de grano muy fino y cuyo
proceso de extracción implica enormes impactos ambientales de diverso tipo. Es
la llamada fractura hidráulica o fracking, que ha sido denunciada y prohibida
en varios países. No en el nuestro, por cierto.
En este grupo encabezado por la
Dra. Sauvé participan 169 científicos de diversos campos disciplinarios y
distintas instituciones, cuya misión es ejercer una vigilancia crítica sobre el
sector de actividades de gas de esquisto en el tema energético en Quebec. Desde
hace cuatro años, el colectivo desarrolla un inventario de documentación científica
y la hace accesible a lectores no científicos y a todos aquellos interesados en
un problema que afecta la calidad de sus vidas. Se encuentran disponibles en
línea más de quinientos documentos para estos propósitos. Asimismo, el colectivo
participa en los debates y consultas públicas, organiza conferencias de
expertos y realiza análisis sobre diferentes aspectos de esta seria problemática.
Desde 2011, el colectivo científico sobre el tema del gas de esquisto en Quebec
se pronunció a través de varias proclamas cuya producción fue coordinada por ella.
Quisiera destacar ahora, remitiéndome
sólo a ciertos datos principales que revisten su trayectoria, algunos rasgos significativos
que hemos de retener de la misma. Lucie Sauvé es profesora titular del
Departamento de didáctica de la Facultad de Ciencias de la Educación de la
Universidad de Quebec en Montreal (UQAM). En dicha institución funge como
Directora del Centro de Investigación en Educación, Formación Ambiental y
Ecociudadanía. El Centro inscribe sus actividades en el contexto de la sociedad
actual y sus integrantes orientan su labor hacia el “bienestar común”, la
equidad socioecológica y nuestra relación con el mundo. Con este Centro hemos
suscrito un acuerdo de colaboración para el intercambio de experiencias, así
como para la movilidad académica y de estudiantes, lo que ha contribuido a que
el Cuerpo Académico «Ciudadanía, Educación y Sustentabilidad Ambiental del
Desarrollo» del Instituto de Investigaciones en Educación, haya adquirido el
nivel de consolidado.
La doctora Sauvé es de Pedagogía ha
colaborado con gran generosidad en programas de docencia en numerosas
universidades de varios países, entre los que se encuentran Francia, Bélgica,
Haití, Mali, Guinea, Brasil, Bolivia, Colombia y México. Estamos programando su
participación en el Instituto de Investigaciones en Educación de nuestra casa
de estudios.
Ha publicado cerca de una docena
de libros de autor y ha dirigido quince publicaciones colectivas y ha participado
en más de setenta libros colectivos publicados en diversos países y en
distintas lenguas. Cuenta con más de un centenar de artículos en revistas
indexadas, muchos de ellos por invitación. Su producción de material didáctico con
fines formativos es impresionante, destacando los 23 módulos desarrollados
entre 1999 y 2003 que constituyen una síntesis inédita del campo de la
educación ambiental, concebidos para la educación a distancia. Asimismo, los
once documentales en video con su correspondiente guía pedagógica,
desarrollados entre 2002 y 2010 en apoyo a diversos temas ambientales en los
que destacan la salud comunitaria, la alimentación y la energía.
La doctora Sauvé fue titular
durante diez años la Cátedra de Investigación de Canadá en Educación relativa
al Ambiente (2001 a 2011), que son cátedras nacionales a concurso que no tienen
equivalente en nuestro país, desde la cual desarrolló una estructura de
investigación que está disponible con el objetivo de contribuir al despliegue
de una ecociudadanía, tomando en cuenta el contexto de influencia de la
sociedad contemporánea.
La doctora Lucie Sauvé es una
ferviente convencida de que la pedagogía exige una postura optimista frente a
los desafíos y los problemas que nos aquejan. Con este doctorado honoris causa,
queda así enlazada para siempre a esta casa de estudios, cuya vocación por el
saber y la generación de conocimiento se enaltecen con su ilustre pertenencia a
nuestra comunidad universitaria.
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