Edgar J. González Gaudiano**
En medio del fragor de la campaña electoral y del reclamo
para que el gobierno del estado le restituya los recursos financieros que
legalmente le corresponden, la Universidad Veracruzana se encuentra trabajando
a todo vapor. Más allá de las ferias, premios, certámenes y exhibiciones
dirigidas a la comunidad universitaria y al público en general, hay resultados
que no son tan visibles incluso para otras áreas de la propia Universidad, por
eso me permitiré mostrar un ejemplo que para el Instituto de Investigaciones en
Educación es significativo y nos llena de orgullo.
El Doctorado en Investigación Educativa se inició en agosto
de 2009. En sólo siete años ha alcanzado el nivel consolidado en el Programa
Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC) del Consejo Nacional de Ciencia y
Tecnología (Conacyt); nivel que pocos programas alcanzan. Ese reconocimiento
fue otorgado debido a resultados espectaculares en materia de egreso y al
despliegue de un programa académico avanzado a cargo de una planta de
académicos comprometidos con su trabajo.
En efecto, desde su creación el doctorado han terminado 21
alumnos de los cuales se han titulado 16, 10 de ellos entre agosto de 2015 y
junio de 2016. Estas cifras representan 76% de eficiencia terminal.
Los buenos programas académicos lo son no sólo por la
calidad de sus profesores, sino también por la de sus estudiantes. Por eso, más
importante que las cifras mismas son los temas de investigación. Por ejemplo
los siguientes: Educación ambiental en el sector turístico: El caso de un grupo
de hoteleros de Playa de Chachalacas, Veracruz (Astrid Wojtarowski Leal); Un
estudio sobre la percepción del riesgo de poblaciones vulnerables al cambio
climático en la cuenca del Papaloapan (Brenda Ávila Flores); Los Herederos de
Achaneh: educación intercultural y diálogo de saberes en la documentación
audiovisual de prácticas tradicionales sustentables en el sur de Veracruz (Juan
Carlos Antonio Sandoval Rivera); Apropiación tecnológica de los estudiantes
universitarios por modalidad educativa: los casos de México, Guatemala y
Venezuela (Katiuska Fernández Morales); El efecto ideológico del MEIF-UV para
la estructuración del orden simbólico institucional (Erick Hernández Ferrer);
Formación e iniciación profesional de intérpretes de lenguas nacionales
mexicanas para la justicia: el caso de Puebla (Cristina Victoria Kleinert);
Racismo y Educación Superior: estudiantes indígenas en dos centros
universitarios de la Universidad de Guadalajara, Jalisco en un marco de
políticas interculturales (Gisela Carlos Fregoso); Políticas para la
sustentabilidad en las instituciones de educación superior: análisis de tres
universidades públicas mexicanas (Cynthia Nayeli Martínez Fernández); entre
otros, que hacen evidentes las aportaciones a la generación de conocimiento y
la resolución de problemáticas nacionales.
Una de nuestras alumnas egresadas obtuvo su doctorado con
doble titulación entre la Universidad Veracruzana y la Universidad de Amberes,
Bélgica; tenemos un convenio con la Universidad Aristotélica de Tesalónica,
Grecia, para otra doble titulación en breve. En los jurados de examen han
participado académicos de numerosas instituciones de alto nivel internacional y
nacional, entre varias otras: UNED-España, Cambridge-Inglaterra, Adam
Mickiewicz-Polonia; Católica de Río Grande del Sur-Brasil; Camilo José
Cela-España; UNAM; Cinvestav-IPN; UIA-Puebla; UPN; Ciesas-DF; INLI; INAH; UABC;
UVI. Tenemos una alta movilidad estudiantil internacional.
El Instituto cuenta con una planta de profesores en la que
70% son miembros del Sistema Nacional de Investigadores, 88% tienen el Perfil
Deseable Prodep y 80% participan del Pedpa. Además del doctorado se ofrecen
tres maestrías, todas en el PNPC.
Todo ello se dice muy rápido, pero detrás de estos logros
hay un esfuerzo persistente en el que hay que vencer atavismos, celos y
obstáculos de diverso tipo. Tal vez 16 nuevos doctores parezcan pocos y en
realidad lo son, pero hay que considerar que según indicadores internacionales
(Ricyt) México en 2013 apenas logró poco más de 5000 nuevos doctores en todas
las áreas de conocimiento. España produce el doble y Brasil el triple.
Como el Instituto hay otras entidades académicas
poniendo lo mejor de sí. La Universidad Veracruzana está en marcha permanente.
Contribuimos al desarrollo científico y tecnológico nacional y del estado. Es
nuestra obligación. Por eso exigimos respeto y un trato digno que no obstruya
alcanzar los nobles fines para los que fue fundada. Es nuestro derecho.
*Publicado en La Jornada Veracruz el 1 de junio de 2016.
**Académico del Instituto de Investigaciones en Educación de la Universidad Veracruzana.
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