Los intentos de violación a la autonomía universitaria[1]
Edgar J. González Gaudiano[2]
Fui retenido contra mi voluntad el viernes pasado durante casi tres
horas en las instalaciones de la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de
Información (USBI) de la Universidad Veracruzana, por jóvenes enmascarados que
se decían estudiantes inconformes con el proceso de designación del rector. La
información que recibimos los cerca de 200 consejeros, funcionarios y empleados
de la universidad que nos encontrábamos ahí, era de que estaban armados. Como
están las cosas en el país, tampoco era para dudarlo, por lo que por elemental
prudencia nos pidieron permanecer en el sitio.
Durante ese rato circuló un desplegado que solicita
el retiro del Dr. José Sarukhán de la Junta de Gobierno, que se auditen los
diez últimos años de la UV y que se reponga el proceso. En caso contrario,
amenazan con tomar todas las facultades de los diferentes campus de la
Universidad los próximos días.
El deplorable
episodio perturbó la realización del acto solemne del informe del rector al
Consejo General Universitario y provocó la cancelación del concierto de la
Orquesta Sinfónica de Xalapa programado en la Sala de Conciertos Tlaqná. Se
trata de un acto reprobable que pone de manifiesto que el proceso de
designación ha afectado poderosos intereses, con capacidad para orquestar
alevosamente una intromisión de tal magnitud. El gobierno del estado de
Veracruz debiese ser el principal interesado en esclarecer satisfactoriamente
los hechos, para deslindarse de los mismos y que no queden impunes.
¿Qué es lo que puede haber molestado tanto a la
mano que mece esa cuna? La demanda de reposición del proceso es un indicativo
de que esos inconfesables intereses se han visto vulnerados con las decisiones
de la Junta de Gobierno, al designar a los cinco distinguidos académicos que se
encuentran en la recta final del proceso de designación. Ello hace también evidente lo acertado del
criterio aplicado por la Junta de considerar para quien ocupe el cargo de
rector la “independencia real y manifiesta ante los intereses económicos y
políticos, de modo que pueda representar efectivamente la autonomía de la
Institución”.
Conozco personalmente al Dr. Sarukhán desde hace
más de veinticinco años desde que era Coordinador de la Investigación
Científica de la UNAM y he podido dar fe de su honorable y escrupuloso
desempeño en todos los cargos académicos que ha ocupado, incluyendo el de haber
sido rector de la UNAM. De ahí que quienes solicitan su retiro de la Junta de
Gobierno es porque se han de sentir amenazados de que sus decisiones no
respondan a sus aviesos fines.
¿Por qué hasta esta fase del proceso es que han
considerado que el ser Coordinador Nacional de la Comisión Nacional para el
Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, contraviene la normatividad
universitaria? Al parecer el reconocimiento de la dignidad de los miembros de
la Junta de Gobierno y el acatamiento irrestricto de sus decisiones, procede si
y sólo si se inclinan en favor de ciertos intereses.
Me ha llamado también la atención el reiterado ataque
al rector Raúl Arias y la acusación de que es quien ha promovido la candidatura
del doctor Porfirio Carrillo, como si éste no tuviera los méritos profesionales
propios para competir por el honroso cargo. Ello no hace más que confirmar que
la posibilidad de que el doctor Carrillo pudiese ser el próximo rector atenta
contra los intereses que intentan violentar la autonomía de la UV y ratifica
que él es el candidato idóneo.
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