¡Qué bonito “florean” los árboles de Xalapa![1]
Edgar J. González Gaudiano[2]
Cualquiera con una mínima capacidad de observación y sin necesidad de
ser un experto forestal, puede darse cuenta con facilidad de la forma en que
los árboles de Xalapa y sus alrededores se han ido llenando de una planta con
flores color naranja que en apariencia los “adornan”. Se trata de una especie
de muérdago que parasita en los troncos y ramas de los árboles hasta secarlos y
que se propaga muy rápidamente con el viento y las aves.
He comentado el asunto con varios propietarios de
jardines infectados y me comentan que han contratado los servicios de
jardineros para hacer podas periódicas, pero les preocupa que si los vecinos o
el gobierno municipal no actúan en el mismo sentido en los árboles de los
predios y áreas verdes aledaños, este muérdago volverá a extenderse.
Consultando algunas fuentes me he enterado que la
planta lleva como nombre científico el de Psittacanthus Calyculatus,
popularmente conocida también como muérdago verdadero, matapalos, cáncer de los
árboles y mal ojo. Es un problema que requiere de un control fitosanitario mediante
sistemas mecánicos (podas) y químicos, porque se ha esparcido prácticamente por
las zonas tropicales y subtropicales de todo el país.
Se trata entonces de un problema que requiere de
atención urgente de las instancias federales como la Semarnat, la Conafor y la
Comisión de Sanidad Vegetal de la Sagarpa, así como del gobierno del estado y los
municipios y con apoyo de los grupos académicos como el Instituto de
Investigaciones Forestales de la Universidad Veracruzana.
Es un momento propicio para integrar este equipo
interinstitucional, desarrollar un plan de acción y aplicar recursos presupuestales,
porque de acuerdo con la bibliografía se recomienda realizar las podas durante
la temporada de otoño – invierno, con lo cual se favorece la cicatrización, se
reduce el exudado de resina y disminuye el riesgo de afectación de otras plagas
incluyendo incidencia de insectos descortezadores. A ver cuándo. No todo son
vialidades.
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