lunes, 8 de julio de 2013

Algunos desafíos de la nueva rectoría de la Universidad Veracruzana


Algunos desafíos de la nueva rectoría de la Universidad Veracruzana[1]

Edgar J. González Gaudiano[2]

Esta semana concluye el registro de los aspirantes a suceder al Dr. Raúl Arias en la rectoría de la Universidad Veracruzana. Por los registros ocurridos hasta ahora y los que se presume sucederán en las próximas horas serán seis los universitarios y universitarias que contenderán por el cargo: tres hombres y tres mujeres. Comienza la etapa de análisis de sus propuestas y de sus trayectorias, lo que bien puede hacerse durante el periodo vacacional habida cuenta que la Junta de Gobierno pondrá en línea la documentación respectiva.
Está por cerrarse también el periodo para solicitar entrevistas con los miembros de la Junta de Gobierno, a fin de poder comenzar con todo el proceso de auscultación, que esperamos sea tranquilo, sin grandes aspavientos y sin ataques personales. Esta debe ser una contienda entre proyectos y capacidades.
Sin embargo, en este artículo quiero referirme a algunos asuntos problemáticos que he podido identificar en la Universidad Veracruzana, aunque por falta de espacio abordaré sólo dos de ellos. No pretende ser una lista de cotejo (chek list), pero podemos revisar si se incluyen en las propuestas de gobierno de los candidatos y, en su caso, qué se pretende hacer con ellos.

1.     Descentralización. El programa de descentralización fue muy acertado, pero no alcanzó a madurar. Ante el hecho incontrovertible de la amplia distribución de las instalaciones de la UV en toda la geografía del estado, se imponía promover un programa de este tipo. No obstante, las características singulares de cada región en términos de capacidad instalada, liderazgos propios y formas diferentes de conducción de los procesos han producido grandes asimetrías entre los campi regionales. La descentralización no ha de ser una promesa, sino un proyecto en ejecución. Algunos colegas que sufren la falta de una gestión directa efectiva, la definen bien como una “subcentralización”. Otros señalan que hay tantos revisores y se necesitan tantas autorizaciones que hablar de descentralización es una falta de respeto. Se sienten como el refrán: “Cuba es La Habana y lo demás es área verde”, por todos los asuntos que tienen que resolverse en Xalapa (compras, convenios, autorizaciones, etc.) que retrasan considerablemente los proyectos y desalientan el impulso local. Todo está muy centralizado, lo académico subordinado a lo administrativo. El ejercicio se reduce a 7 meses y nada después del 12 de noviembre.

2.    Posgrado e investigación. El crecimiento en cantidad y calidad de estos dos asuntos en la UV en los últimos diez años es indudable. Esto ha sido muy reconocido por las instancias federales. Pero el impulso inicial que se dio al registro de programas académicos y de investigadores no ha estado bien acompañado y sustentado. Las piedras angulares para los posgrados de calidad es la planta académica y la infraestructura. En numerosos casos la infraestructura no es la adecuada a los requerimientos de investigación, pues fue pensada para la enseñanza. Eso impide, por ejemplo, que los laboratorios respondan a las normas de seguridad aplicables hoy día. Incluso hay problemas de identidad de estudiantes y maestros en algunos posgrados por no contar con instalaciones propias. No pueden aceptarse profesores visitantes externos porque no hay donde ponerlos. Tampoco hay presupuesto para pagar mantenimiento de equipo y licencias, ni fondos propios  (o son muy precarios)  para impulsar proyectos de investigación. Cada investigador debe gestionarlos en las distintas convocatorias nacionales e internacionales. Los apoyos financieros para la operación de los institutos (POA) no son acordes a su crecimiento ni a su desempeño académico, sino por las relaciones y las tradiciones. Hay algunos que no se han modificado en siete años. No se cuenta con planificación para avanzar hacia una opción distinta al posgrado autofinanciable. Hay riesgos de que estas deficiencias afecten la permanencia en el SNI y en el PNPC. La estructura actual del conjunto de centros e institutos debe ser sometida a una reingeniería, porque es disfuncional.
En fin el espacio se me terminó y todavía hay mucho que decir. Hay muchos otros asuntos que no se mencionan en los diagnósticos pero que no dejan de ser graves. Por ejemplo, en ingeniería hay un alto índice de rezago tanto en el área básica como en la técnica. No estamos seleccionando bien a los estudiantes en el examen de admisión y el bajo rendimiento afecta los indicadores. Una queja recurrente es ¿Qué tipo de preguntas del área de matemáticas se hacen en el examen de admisión, cuando ingresan estudiantes que no saben hacer operaciones con fracciones ni álgebra elemental? Los corrimientos también perjudican porque ingresan alumnos sin bases suficientes ni interés por la carrera. Algunas áreas demandan involucrarse al menos en una parte del examen de admisión para mejorar el perfil de ingreso. Es decir, proponen una gestión diferente en esta materia, más incluyente. 
Hasta la próxima.


[1] Publicado en La Jornada Veracruz, el lunes 8 de julio de 2013.
[2] Coordinador de la Cátedra UNESCO – UV “Ciudadanía, Educación y Sustentabilidad Ambiental del Desarrollo”. http://edgargonzalezgaudiano.blogspot.mx

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