lunes, 18 de marzo de 2013

La educación ante todo


La educación ante todo[1]

Edgar J. González Gaudiano[2]

Gracias a que soy el coordinador de la Cátedra Unesco – UV “Ciudadanía, Educación y Sustentabilidad Ambiental del Desarrollo”, tuve la oportunidad de asistir a escuchar la conferencia impartida por la Dra. Irina Bokova, directora general de la Unesco, en la Secretaría de Relaciones Exteriores en la Ciudad de México, el pasado viernes 15 de marzo. La conferencia se tituló: “Educación ante todo. Una educación de calidad para todos como motor del desarrollo económico y social”. Algunos de los conceptos vertidos me resultaron de especial interés.

Bokova estableció desde el principio que “la educación es un derecho habilitante”, porque refiere a la formación de capacidades que permite a las personas ganarse la vida, tomar decisiones en todas las áreas. Es un “instrumento social para el desarrollo”.  Es también “un poderoso camino para enfrentar la seguridad alimentaria”, uno de los flagelos a los que la humanidad se enfrenta y enfrentará aún más a lo largo de este siglo. Enfatizó la importancia de la educación de las mujeres, porque el nivel educativo de la mujer impacta no sólo su propia vida, sino la de sus hijos. A  ello habría que ponerle atención porque con la crisis actual “la juventud carga con el mayor peso, especialmente las niñas y las jóvenes”.

Por todo ello, se requiere de un “nuevo humanismo”, en el que una educación con pertinencia y equidad esté “en el centro de la agenda del desarrollo global”. De ahí manifestó el respaldo de la Unesco a la reforma educativa impulsada por el gobierno de la república, que “ha colocado a la educación en la cúspide de su agenda”.  Ve esta reforma como una poderosa señal de transformación de la educación en México elevando su calidad. Espera que otros países asuman también este tipo de compromiso para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

Informó que están revisando dos documentos que han sido claves en el desarrollo de la educación mundial: El titulado “Aprender a ser”. Este informe fue coordinado por Edgar Faure y publicado en 1972. Dio luz al llamado paradigma emergente, un modelo alternativo a la educación tradicional, cuyo foco se ponía en el desarrollo de los procesos que facilitaban que el individuo pudiera acceder al conocimiento, a lo que se denominó "aprender a aprender".

El otro informe es “La educación encierra un tesoro”, coordinado por Jacques Delors, publicado en 1998. Este informe invita a asimilar la noción de sociedad educativa, dada la mundialización, la interdependencia global y la expansión demográfica, por lo que todo es una oportunidad para aprender y desarrollar las propias capacidades, sobre todo con la irrupción de las tecnologías de la información y la comunicación que han transformado el panorama al poner el conocimiento al alcance de un número cada vez mayor de personas. Plantea que hay que pasar del crecimiento económico al desarrollo humano y que para lograr una educación a lo largo de toda la vida hay que poner en marcha los cuatro pilares de la educación: Aprender a ser, aprender a conocer, aprender a hacer y aprender a vivir juntos. 

Ninguno de estos dos sustantivos informes concede importancia a los temas ambientales, lo que esperamos se corrija porque su revisión servirá para definir la agenda futura de la educación a promover por la Unesco la que, según Bokova, debe fomentar la equidad, poner el foco en la calidad, aplicar las tecnologías de la información, y promover la paz y la solidaridad mundial. Nuevamente sin alusiones a la problemática ambiental, pese a que al mismo tiempo en la Unesco se discute darle continuidad al decenio de la educación para el desarrollo sustentable, más allá de 2014. Mientras en los pilares, los propósitos nodales y las estrategias centrales de la Unesco no se asuma con toda claridad la importancia de la calidad del ambiente, nunca lograremos que las instituciones del sector educativo le den el peso que debe tener, como si la vida transcurriera en un ambiente virtual.

Bokova también indicó que si bien las tecnologías han revolucionado nuestras formas de comunicación, la desigualdad se ha acentuado y los conflictos han aumentado. Sólo en  América Latina 61 millones de niños en edad de asistir a la primaria y 70 millones que deben cursar secundaria, “no ejercen su derecho a la Educación”. Es imperativo, dijo, “aprender a vivir juntos”. Por lo que las tecnologías no son suficientes por sí mismas para mejorar la educación.

Al hablar de calidad, señaló que ésta implica educación para la equidad, para la solidaridad, para la creatividad y para la sustentabilidad. Es una condición necesaria para salir de la pobreza y poder participar plenamente en la vida de la sociedad.  Señaló que en América latina estamos en el momento justo para asegurar una educación de calidad, relevante, con respeto a los derechos humanos anclados en la diversidad cultural y de acceso a todos, puesto que “en la región tenemos evidencias de que los alumnos de tercero a sexto año de primaria, en matemáticas, lectura y ciencias no están adquiriendo los conocimientos mínimos de competencia en esas áreas”. Según el Informe Global de la Unesco sobre monitoreo de la educación para todos, más de ocho millones de personas entre 15 y 20 años de edad no han completado sus estudios de secundaria, comentó.

 Sinceramente espero que el exhorto de la Dra. Bokova no caiga en oídos sordos y que las instancias que tienen la responsabilidad de conducir la política educativa lo tomen en cuenta para que, en el caso federal, se pueda incorporar tanto en el Plan Nacional de Desarrollo, como en el programa de mediano plazo del sector.    

 

     



[1] Publicado en La Jornada Veracruz, el lunes 18 de marzo de 2013.
[2] Coordinador de la Cátedra UNESCO – UV “Ciudadanía, Educación y Sustentabilidad Ambiental del Desarrollo”. http://edgargonzalezgaudiano.blogspot.mx

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