domingo, 14 de abril de 2013

El difícil trayecto de ls políticas de respuesta al cambio climático




Edgar J. González Gaudiano

La persistente crisis económica actual está colocando al mundo en una complicada posición. El crecimiento económico está instalado como foco primordial de la política. Nada ha de obstruirlo. Todo aquello que pueda perturbar el itinerario trazado para reactivar el crecimiento perdido es eliminado sin contemplaciones. La política ambiental mundial construida durante los últimos cuarenta años suele ser vista como uno de esos obstáculos. Esta es la fuente principal que alimenta las posturas negacionistas del cambio climático.
El cambio climático es una realidad incontrovertible. Está ya entre nosotros y llegó para quedarse. La argumentación anterior no implica que el conocimiento disponible sobre la ciencia del clima posea certidumbre absoluta. En el marco de un pensamiento científico no hay absolutos. Sin embargo, en lo que no existe duda alguna es que aquello que conocemos actualmente como cambio climático es de origen antrópico; en otras palabras, son las actividades humanas –todas ellas, desde las productivas hasta las más cotidianas y necesarias como transportarnos- las que están produciendo el cambio climático.
Las hipótesis que pretendieron vincular el cambio climático con los ciclos de la naturaleza o del Sol, han ido siendo progresivamente descartadas. Quienes se mantienen esgrimiéndolas a pesar de la evidencia científica disponible, es porque responden a los intereses económicos que serían afectados con un incremento de medidas restrictivas para la emisión de gases de efecto invernadero, por ignorancia, mala fe o todo junto.
Es verdad que los países como México que no han satisfecho las necesidades de bienestar de la mayoría de su población, contribuyen en la gran mayoría de los casos con porcentajes muy bajos de las emisiones globales de CO2 equivalente. Pero eso no nos exime de nuestra responsabilidad, por lo que debemos impulsar un estilo de vida más congruente con las dimensiones del problema. Nadie plantea un impuesto para poder respirar, eso es un despropósito falaz proveniente de mentes febriles.
Nadie tampoco está planteando que con motivo del cambio climático en Veracruz se obstruya la satisfacción de las ingentes necesidades de su población. Por eso México no se encuentra en la lista de los países que aparecen en el Anexo 1. Las políticas  sobre mitigación y adaptación del cambio climático, lo que buscan es atenuar en la medida de lo posible los impactos que inevitablemente se están produciendo y producirán aún más como consecuencia de este fenómeno y tratar de asegurar en el largo plazo ciertas condiciones básicas de calidad de vida. Quien afirme lo contrario es muy irresponsable. La del cambio climático es una de las políticas más progresistas del gobierno del estado de Veracruz, lo que hace falta es aplicarla en todos sus términos.
A nivel internacional se han puesto en marcha programas educativos promovidos por la UNESCO para impulsar la formación de una conciencia pública sobre este tema, así como desarrollar las habilidades necesarias para enfrentarlo. Sin embargo, el cambio climático no nos afecta a todos por igual, no sólo por el impacto diferencial que tiene en las distintas regiones del mundo, sino por la tremenda diferencia de capacidades de los individuos y las sociedades para responder al mismo y protegerse a sí mismos. Por ello, se está promoviendo un enfoque educativo integrado de mitigación y adaptación, con acentos diferenciados. Énfasis en la mitigación para aquellas poblaciones de países que contribuyen con más gases de efecto invernadero; énfasis en la adaptación y en especial hacia la reducción de riesgos de desastres, para los países más vulnerables.
La idea es generar conocimientos, habilidades, actitudes y disposiciones no sólo para comprender las causas y las consecuencias del cambio climático, sino para impulsar la formación de habilidades transversales mediante un aprendizaje orientado a la solución de problemas sobre la mitigación y la adaptación, que contribuyan a una ciudadanía global. Es un proceso incipiente en este momento, pero el Sistema de Naciones Unidas echará a andar una dinámica campaña para que los países se apliquen a su instrumentación.
Varios estudios que hemos impulsado en la Universidad Veracruzana sobre riesgo, vulnerabilidad y resiliencia comunitaria al cambio climático nos están mostrando que la población del estado en general, incluso las localidades que recurrentemente han sido golpeadas en forma severa por fenómenos hidrometeorológicos extremos, no están preparándose para enfrentar episodios graves. Algunos por fatalidad, otros por desconocimiento, otros más por carencia de capacidades, pero no se están poniendo en marcha programas y estrategias tendientes a disminuir los riesgos que corren sobre todo, las poblaciones asentadas en los márgenes de los muchos ríos que atraviesan el territorio del estado, en las zonas de derrumbes de las áreas montañosas, en las regiones bajas e inundables de las zonas costeras, entre otras.
Es claro que frente a estos hechos y situaciones, continuar poniendo en duda la existencia del cambio climático, así como su magnitud y complejidad, abona al desconcierto y la perplejidad de la población e incrementa los riesgos entre los grupos más vulnerable. Por eso, sin ambages, a quienes asumen este vergonzante papel les llamo irresponsables.

1 comentario:

  1. ¡Felicidades por su publicación! Clarísimo está que, desafortunadamente, el calentamiento global nos acompaña día con día.
    Dos preguntas ¿Existe la sustentabilidad? ¿Por qué?
    Gracias por compartir su sabiduría.

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