lunes, 2 de abril de 2012

El cambio climático y el negacionismo involuntario


Edgar J. González Gaudiano[1][2]
 
Durante la semana pasada diversos medios impresos nacionales reprodujeron la nota de una agencia rusa de noticias en relación con el cambio climático. En ella se afirmaba que el presidente de la Junta Científica de Ciencias Naturales de la Academia de Ciencias Rusa, Nikolái Dobretsov, aseguraba que el cambio climático global continuo es un mito y que a los ciclos actuales de calentamiento les seguirá una etapa de enfriamiento global del planeta hacia el final de este siglo.
La nota podría haber pasado como una más de las reiteradas descalificaciones que el fenómeno del cambio climático ha recibido, desde prácticamente la instalación del Panel Intergubernamental y, sobre todo, desde la publicación de “El ecologista escéptico” y “En frío” del sueco Bjørn Lomborg en 2001. Lo curioso en este caso fue que después de la misma nota y como un segundo encabezado, de menor tamaño, se informa que 2,800 expertos de numerosos países se reunirán en Londres para una conferencia de nombre “Planet Under Pressure” (El planeta bajo presión), a partir de una premisa completamente opuesta que admite inequívocamente el incremento peligroso del fenómeno, por lo que urgen a trazar líneas básicas de un pacto global contra el cambio climático.
       
¿Cuál es el problema implícito en esta información confusa y contradictoria?

En primer lugar, una práctica habitual en los periodistas mexicanos que cubren las fuentes científicas y específicamente sobre cambio climático, es la de simplemente reproducir lo que llega del exterior, sin tomarse la molestia de analizar un poco e identificar, como en este caso, sus sentidos informativos. Estoy convencido de que no hay una intención malévola e interesada, por lo que quisiera pensar que pusieron primero la nota del científico ruso porque tal vez consideran una buena noticia el que pudiera no existir plena certeza de que el cambio climático ocurra.
La verdad es que no saben para quién trabajan cuando siguen dándole crédito a lo que opina un científico por encima de lo que afirman 2,800 de ellos. Es un asunto que ya ha sido estudiado en otros países, en los que es visible en la prensa el cabildeo político de empresas poderosas interesadas en evitar que se pongan en marcha restricciones relacionadas con la emisión de gases de efecto invernadero que pudieran perjudicarlas en sus negocios.
Algunos estudios han explorado la forma como esta incertidumbre ha sido manufacturada en los medios norteamericanos y documentan cómo algunas industrias, como la del tabaco, asignan la etiqueta de ‘ciencia basura’ a ciertos reportes para deslegitimarlos y debilitar en la opinión pública la validez de la evidencia científica en la que se basan las regulaciones ambientales.
En esta línea, destaca el fuerte acento que dan los medios en los Estados Unidos a la incertidumbre científica y cómo el criterio periodístico de balancear los puntos de vista termina por producir una visión sesgada al invitar a un programa, por ejemplo, a alguien del Panel Intergubernamental de Cambio Climático que representa a miles de científicos reportando estudios de muchos años, con el mismo espacio y peso noticioso que a un escéptico que suele hablar a nombre propio y desde sus creencias. Con ello, más que una cobertura balanceada se exagera de manera falaz la falta de consenso científico en el problema, lo que ha sido aprovechado por inconfesables intereses políticos y económicos de ese país para obstruir las decisiones hasta que se ‘superen las ambigüedades’.
        Esa especie de cobertura informativa del cambio climático que hicieron nuestros periódicos la semana pasada, quizá involuntariamente pero aporta a la negación del problema del cambio climático y contribuye con ello a continuar postergando las decisiones políticas, aunque también sociales e individuales sobre la necesidad de cambiar nuestro estilo de vida y sus efectos en el clima planetario, es decir, sobre nuestro presente y el futuro nuestro y de nuestros descendientes. Pero si usted aún tiene dudas, no se pierda el número de abril de El Jarocho Cuántico, suplemento de este diario, que está dedicado precisamente al actual y candente tema del calentamiento y el cambio climático. También puede consultar la página del Programa de Estudios de Cambio Climático de la Universidad Veracruzana <www.peccuv.mx>







[1] Publicado en La Jornada Veracruz, el lunes 2 de abril de 2012.
[2)Coordinador de la Cátedra UNESCO – UV “Ciudadanía, educación y sustentabilidad ambiental del desarrollo”. <www.edgargonzalezgaudiano.blogspot.mx>

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