miércoles, 8 de mayo de 2013

La promoción de las elecciones en Veracruz


La promoción de las elecciones en Veracruz[1]

Edgar J. González Gaudiano[2]

“Hola, ¿Ya te enteraste que el 7 de julio hay elecciones en Veracruz?” De este modo empieza un anuncio promocional en la radio pagado por el Instituto Electoral Veracruzano. El anuncio mal diseñado y con voces poco convincentes, se repite hasta tres veces seguidas en una misma pausa comercial. Ello produce lo que ha sido llamado indiferencia por saturación, uno de los efectos del exceso de estímulos y mensajes que caracterizan la sociedad light del momento actual.
 Aunque hay grandes diferencias entre ellos, muchos jóvenes que participarán por primera vez en estas próximas elecciones poseen esta actitud indiferente centrada en el pasarlo bien, con intereses efímeros, evasivos y nomádicos, sin compromisos ni creencias firmes, en lo que todo es transitorio; viven un presentismo sin preocuparse por el futuro. De ahí que establecer una comunicación con los jóvenes actuales requiere de mucho talento y creatividad.
Por ello sorprendió que en las pasadas elecciones federales haya habido 63% de participación de jóvenes entre 18 y 24 años de edad de los que estaban inscritos en las listas nominales; esto es, alrededor de 3.5 millones de jóvenes que ejercieron su voto por primera vez. Fue un efecto provocado quizá por el súbito interés suscitado por el movimiento “yosoy132”, que  rápidamente se difuminó una vez concluido el proceso electoral, por la cooptación que del mismo quisieron hacer los partidos políticos e incluso la propia televisa.
Pero los anuncios del Instituto Electoral Veracruzano no ayudan a crear incentivos de participación, cuando provocan hartazgo con la repetición innecesaria de un mensaje tan carente de significado y contenido emocional. Es un recurso financiero desperdiciado. Por eso es que las campañas en los medios han de evaluarse para saber si están cumpliendo su cometido.
Cuando se lanza una campaña se supone que es porque desean inducirse pautas de comportamiento en un determinado sentido. La idea es propiciar cambios voluntarios que tengan efectos positivos en el problema que se desea evitar o contribuir a resolver. Entonces ¿qué es lo que está mal? ¿Por qué no funcionan las campañas?
Efectivamente y aunque casi nunca se evalúan, las campañas de este tipo tienen muy pocos efectos en la modificación de pautas de comportamiento o hábitos de consumo. Ha sido demostrado que para que las campañas mediáticas produzcan el efecto deseado, deben cumplir al menos una de las siguientes dos condiciones:
1.            Responder a procesos previos con los que la población haya estado en contacto. En este caso, la campaña se emplea generalmente para comunicar resultados de acciones o para informar sobre decisiones concernientes a las subsiguientes medidas a adoptar.
2.            Detonar procesos posteriores. En este caso, la campaña opera como un mecanismo de información, sensibilización o promoción, preparando a la población meta (consumidores, electores, aspirantes a ingresar a la educación superior, etc.) para orientar una decisión o para poner en marcha un nuevo programa.
Me parece que ninguna de estas dos condiciones se cumple en la actual campaña promocional de las elecciones del 7 de julio. El Instituto Electoral Veracruzano requiere urgentemente de una buena estrategia comunicativa para distintos sectores de población, que justifique el presupuesto que están aplicando en los medios.


[1] Publicado en La Jornada Veracruz, el lunes 1 de mayo de 2013.
[2] Coordinador de la Cátedra UNESCO – UV “Ciudadanía, Educación y Sustentabilidad Ambiental del Desarrollo”. http://edgargonzalezgaudiano.blogspot.mx

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